Haz click aquí para copiar la URL
Voto de ValerianoWeyler:
5
Acción. Fantástico. Comedia Wade Wilson (Ryan Reynolds), mejor conocido como Deadpool, su nombre de batalla e identidad antiheroica, está de regreso con Deadpool 2 y en esta ocasión su misión será salvar a un chico llamado Russell (Julian Dennison) de las manos de un poderoso rival llamado Cable (Josh Brolin). En aras de dar cumplimiento a su tarea el antihéroe formará un grupo al cual pondrá el nombre de X-Force. Secuela de la exitosa película (recaudó más de 780 ... [+]
20 de mayo de 2018
9 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde siempre la figura del héroe ha servido como modelo al espectador. El héroe surgía a modo de síntesis de los diferentes atributos que debía poseer el individuo para distinguirse positivamente sobre el resto. No pudiendo poseer únicamente uno, trataba de reunirlos todos, destacando uno en particular (bravura en Aquiles, astucia en Odiseo...). Dadas sus cualidades, el héroe llevaba a cabo diversas proezas que ponían en relieve su humanidad. De este modo, el espectador, lejos de poseer los atributos físicos/psicológicos del personaje, podía sentirse identificado con otros aspectos más prosaicos, sobre todo en lo concerniente a la moralidad.

Deadpool es así. Es el héroe por excelencia en estos tiempos que corremos. El mesías. Ya me lo imagino en la próxima entrega reinstaurando el Templo de Salomón, con Coloso cargando piedras y Domino como primera suma sacerdotisa de raza negra. De alguna forma los guionistas han conseguido conjugar todos los males de nuestra civilización y encarnarlos de forma práctica (más que nada por los dineros que le sacan) en este sujeto.

Lo primero, es infantil como él sólo sabe serlo. En Marvel saben que el público genérico de sus películas o no pasa de la veintena o bien no tienen en mente hacerlo, por lo que adecuan el protagonista al nivel. Así la catarsis de gilipolleces está asegurada (admito, yo, pecador, que alguna me ha hecho gracia).

En segundo lugar, el héroe no es bueno ni malo, simplemente es el héroe. Si antes existía el sentido de la justicia, hoy subsiste en forma de relativismo moral. Al héroe hacer el bien ni le va ni le viene, hace lo que le salga de esas mallas tan ajustadas, sin importar las consecuencias. Otra cosa que hace Deadpool muy bien es encadenar referencias cinematográficas como si fuera Don Quijote hablando de libros de caballería (mira Deadpool a mí también se me da muy bien eso). Naturalmente satura, pero el espectador adora que lo traten de culto y en su soberbia no se cansa de captar referencias al vuelo.

Por supuesto tiene un increíble sentido del compañerismo, aunque eso no implica renunciar a su desmedido narcisismo. Su voz anega cada segundo de metraje. Le gusta aparentar ser un cínico, pero en el fondo le pierde el activismo social y salvar orfanatos, y cuidar de abuelitas ciegas. Es transgresor y moderno, hasta consume drogas. Nada carca, un tío guay de los que pasan el porro si se lo pides. Y lo mejor de todo, es inmortal. Haga lo que haga ahí sigue torturándonos con su presencia. Ni las balas ni las palabras pueden hacerle daño, pues las consecuencias de los actos de ningún modo son obstáculo para el héroe del siglo XXI. Que nadie ose decirte que lo que estás haciendo puede desencadenar una serie de irreversibles desgracias sobre tu integridad física y moral, ya que eres inmortal, se te regenera hasta el trasero, y carpe diem.

Me hizo más gracia que la primera, eso sí.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
ValerianoWeyler
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow