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Voto de Caligari sin gabinete:
10
Drama Suecia, mediados del siglo XIV. La Peste Negra asola Europa. Tras diez años de inútiles combates en las Cruzadas, el caballero sueco Antonius Blovk y su leal escudero regresan de Tierra Santa. Blovk es un hombre atormentado y lleno de dudas. En el camino se encuentra con la Muerte que lo reclama. Entonces él le propone jugar una partida de ajedrez, con la esperanza de obtener de Ella respuestas a las grandes cuestiones de la vida: la ... [+]
14 de julio de 2013
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cielo, el océano, la inmensidad, o Dios mismo. En la playa, un caballero y su escudero, como dejados por la marea, o caídos del cielo. Despierta el sombrío caballero y cabila acerca de Dios y del abismo, cuando se le aparece la muerte, que a nadie perdona. El caballero ansía saber qué hay al otro lado, pero tiene miedo y desea primero entender a Dios y a la muerte, vencerla racionálmente y desentrañar su misterio.

Espléndida obra ésta, y parece que con poco presupuesto. La ambientación histórica está aquí al servicio de la obra, y no al revés, lo cual es muy respetable. Bergman escogió el siglo XIV por ser una de las épocas de crisis por excelencia en Occidente, en la que la muerte fue importante protagonista. Guerra, pestes, hambre, muerte y una religiosidad exacerbada. Memento mori. A diferencia de otros trabajos sobre el tema, que muestran el recurso a la religión en una dimensión más material, la propuesta de Bergman es puramente metafísica, en el sentido tradicional de la palabra, y sus personajes responden a diversas actitudes de corte libresco.

Es una película sencilla de entender y muy teatral, donde los diálogos se llevan el gran peso, pero sin que esto termine por ser un obstáculo. Es más, agradezco sus imágenes y bella dirección. Así, por ejemplo, en la primera ronda de ajedrez tenemos el mar y el cielo de fondo (se plantea la pregunta trascendental), pero ya en la segunda, la imagen bucólica del grupo de amigos compartiendo unas fresas silvestres, y con un caballero mucho más sereno. La tropa de personajes dispares forma un bonito cuadro que va encajando muy bien a lo largo de la historia, muy bien montada. La teatralidad bien intencionada puede cargar en unas pocas ocasiones, como en el almuerzo de fresas y leche - ''qué hermosa es la amistad'' - pero en otras resulta de lo más acertada. Este buen guión - que, insisto, lo veo muy teatral - en unas manos menos hábiles, podría haber sido un fracaso de película, un simple teatro filmado, pero Bergman me ha demostrado se puede crear una fantástica obra cinematográfica con fundamento en una obra de teatro.

El resto en spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Caligari sin gabinete
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