Media votos
7,0
Votos
2
Críticas
2
Listas
0
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de marcos:
6
30 de noviembre de 2008
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si "Ariane" hubiese sido la primera película en ver por mí del director austríaco tal vez me hubiera gustado, calado más; pero después de ver "Irma la dulce", "El apartamento" o "Días sin huella", por poner algunos ejemplos, tal vez ya uno espera de cualquier película suya que todas vayan a estar siempre a esas alturas.
Algo cansina con sus dos horas pasadas; pecando tal vez de que ya uno presupone lo que va a acontecer nada más leyendo el reparto (era lógico que Cooper y Hepburn se enamoraran); lo de los músicos está bien como chiste, pero el mismo chiste durante dos horas cansa también lo suyo; y para mí, donde más se nota la diferencia con los grandes trabajos de Wilder es en el momento justo de ella al enamorarse de Cooper: le falta condimento, algo que te enganche, todo pasa muy a la ligera diría yo. Por otro lado sí es de resaltar la escena final de la estación de tren: ahí sí creo que la película te provoca y exalta, aunque su efecto no dura mucho, al menos en mi caso.
De todas formas yo, como una bella forma, demasiado inocente tal vez, de contar historias y de dejarte llevar por la magia y el encanto del buen cine de todos los tiempos: la recomiendo, sobre todo en estos tiempos que corren donde el arte de interpretar se ha convertido casi por completo en algo pseudopornográfico, o sin el pseudo (no hay más que ver las series de televisión que ahora nos invaden y compararlas con lo que se hacía antes, como esta película por ejemplo).
Algo cansina con sus dos horas pasadas; pecando tal vez de que ya uno presupone lo que va a acontecer nada más leyendo el reparto (era lógico que Cooper y Hepburn se enamoraran); lo de los músicos está bien como chiste, pero el mismo chiste durante dos horas cansa también lo suyo; y para mí, donde más se nota la diferencia con los grandes trabajos de Wilder es en el momento justo de ella al enamorarse de Cooper: le falta condimento, algo que te enganche, todo pasa muy a la ligera diría yo. Por otro lado sí es de resaltar la escena final de la estación de tren: ahí sí creo que la película te provoca y exalta, aunque su efecto no dura mucho, al menos en mi caso.
De todas formas yo, como una bella forma, demasiado inocente tal vez, de contar historias y de dejarte llevar por la magia y el encanto del buen cine de todos los tiempos: la recomiendo, sobre todo en estos tiempos que corren donde el arte de interpretar se ha convertido casi por completo en algo pseudopornográfico, o sin el pseudo (no hay más que ver las series de televisión que ahora nos invaden y compararlas con lo que se hacía antes, como esta película por ejemplo).