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España España · Puertollano
Voto de trillixos:
5
Terror. Thriller Sara es una chica estadounidense que busca a su hermana gemela desaparecida en el bosque Aokigahara, a los pies del Monte Fuji en Japón. A pesar de las advertencias de todo el mundo para que no entre en el bosque, la joven acaba yendo para descubrir la verdad sobre lo sucedido y averiguar el destino de su hermana. Sin embargo, se tendrá que enfrentar a almas atormentadas y muertos que se aprovechan de cualquier persona que vaga por ese bosque. (FILMAFFINITY) [+]
21 de marzo de 2016
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película tiene un buen material de partida que puede hacer las delicias de los fans del género y servir al realizador para dejar su sello en la industria. Un bosque precioso con una tenebrosa historia real, en Japón (inevitable acordarse de El Grito [Takashi Shimizu, 2004]), una protagonista femenina potente (la consagrada actriz de la serie de TV Juego de Tronos Natalie Dormer), una conexión especial entre dos gemelas (ambas interpretadas por la misma actriz), una pérdida de percepción entre lo real y las alucinaciones…
El espacio es un personaje más. No es solo la base del argumento, sino que se llega a percibir como una entidad amenazadora del film. De noche es terrorífico, una amenaza inmensa en la que no puedes defenderte. Es una pena que la mayor parte de la acción transcurra de día, y desaprovechen la larga e intensa noche que tenían ante ellos. Esa elipsis de la primera noche con apenas un susto entre medias no es justificable en film que tiene tanto para aprovechar. Lo mismo ocurre con los cadáveres. Estamos en el bosque de los suicidios. Ya sea por la realidad o por alucinaciones de la protagonista, tiene que estar el espacio repleto de cadáveres, espíritus… todo aquello que inquiete. En contados momentos juegan con ello, y cuando lo hacen, volviendo al tiempo, es de día, lo cual le hace perder efectividad. Corregir estos defectos y una mayor belleza de planos habría contribuido a mitificar aún más el bosque.
¿Hay más espacios? Sí, claro, pero no pierden el tiempo. Saben que el bosque es el eje, y antes de él cuentan lo justo y necesario. Al principio, sorprenden los primeros planos con cámara muy tambaleante de muy corta duración, con ritmo, tanto para transmitir el agobio y rapidez de la protagonista como para acelerar la llegada. Mientras que muchos realizadores habrían optado por largos planos panorámicos e introducir una rutina innecesaria con la excusa de introducir a los personajes, la película se reserva ese derecho a explayarse para un mejor lugar: Japón, una tierra mítica para el terror, tanto por las historias que se han realizado en ella como por los realizadores que en la vida real cobija. Buena introducción. Si bien es cierto que pecan de alguna situación excesivamente estereotípica para meter un susto o estirar la duración, cuentan bien y brevemente la historia de la hermana para que cuando lleguemos al bosque tengamos la información suficiente. Sin embargo, lo más reseñable es el recurso de los flash-backs. Como he mencionado, han optado por no alargar los preliminares como en tantas y tantas películas recientes del género, pero eso no significa que no tengan que contarnos la historia. A lo largo del recorrido del bosque, utilizan a veces excusas argumentales (una entrevista, un sueño, una llamada telefónica…) para contextualizar más y darnos la información necesaria gradualmente, para irnos sorprendiendo poco a poco.
El tono de la película es la clave que lo puede diferenciar. Últimamente, muchas películas de terror tienden hacia la racionalidad y dejan a un lado el horror (explicaciones y parafernalia paranormales) y giran más hacia el thriller psicológico (todo es cosa de humanos). La película que nos incumbe juega un poco a dos bandas, y realmente hasta el final no deja claro en cuál de los dos polos se sitúa. Durante todo el planteamiento y hasta mitad de película, todas las pistas nos hacen entrever un desfile de espíritus y voces inquietantes. Sin embargo, de repente el argumento da un giro (demasiado evidente, la verdad), y durante bastante tiempo todo el tema paranormal queda de lado. Un tiempo más adelante, tras un correcto desarrollo de esta parte de la trama, lo sobrenatural vuelve a ir poco a poco cobrando relevancia, combinándose con toda la parte más o menos racional expuesta hasta entonces. Si bien logran casar sin que se note mucho el salto, lo cierto es que haber ido a por todas con uno de los puntos de vista (preferiblemente, el sobrenatural) habría dado un resultado mucho más meritorio.
A pesar de esta dualidad en el guión, lo que sí se mantiene en todo momento, tanto en lo literario como en lo técnico, es un ambiente oscuro, de inquietud y de incertidumbre. Vivimos pegados a una magnífica Natalie Dormer que, si bien no es la gran actriz del año, sí que es capaz de librarse dignamente de ese lastre de secundaria que hasta ahora había cargado. Además una destacada caracterización, buenos juegos de planos y una marcada interpretación hacen que el juego de las gemelas funcione visualmente; sí, es creíble. La conexión entre ellas es un buen hilo vertebrador durante la película, una buena excusa que, si no se hubiera insistido tanto en ella (viéndola, hablándola…), no habría sido tan crucial y necesaria. Quizás este es el único cabo que encaja perfectamente con el final. El final. Por llamarlo de alguna manera. ¿Cómo es posible que cuatro guionistas se reúnan y no salga una idea mejor que la que ha quedado en pantalla? Tampoco lo habían enrevesado tanto como en Un Ciudadano Ejemplar (F. Gary Gray, 2008), donde un magnífico desarrollo se estropea con un final que era un callejón sin buena salida. Sorprende, desde luego. Impacta, y visualmente es muy potente. Pero de poco sirve que lo que veamos sea una delicia cuando lo que cuenta no tiene pies ni cabeza. Haber dejado la parte visualmente potente para el desarrollo, que es donde hacía más falta. Todo es muy brusco y forzado, ya que (siguiendo con las comparaciones) quieren lograr un final tan impactante como el de Presencias Extrañas (Charles Guard, Tomas Guard, 2009), pero el tener un final impactante no significa que encaje con todo lo visto hasta ahora.
Entretiene. Asusta. Empieza muy bien. Se disfruta mucho. Tiene muy buenas intenciones, y destacados logros. Pero las cosas a medio cocinar y tropezar hasta el fondo en el último paso es cometer un suicidio filmográfico.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
trillixos
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