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Voto de Maese Huvi:
8
6,8
2.012
Drama
Edipo, hijo de Layo y Yocasta, reyes de Tebas, es abandonado de niño para que se muera, al conocer por una profecía que será el asesino de su padre. Pero el niño es salvado y adoptado por el rey de Corinto. Sin conocer sus orígenes, regresa a Tebas cuando ya es adulto y se cruza en su camino con Layo. Tras una discusión, lo mata, sin saber que era su padre. Posteriormente contrae matrimonio en Tebas con la viuda del rey, es decir, su propia madre. (FILMAFFINITY) [+]
11 de septiembre de 2008
17 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pier Paolo Pasolini es uno de los personajes más fascinantes del siglo XX, tanto por su febril actividad creativa como por su permanente compromiso político. Pasolini fue un Leonardo o un Rafael del siglo XX, un intelectual y un artista (en el sentido que tenían hace ya muchos años esos términos) capaz de tocar todos los campos del saber y del arte (poesía, novela, teatro, ensayo, cine, pintura) con una maestría que muchos ni tan siquiera aspiran a alcanzar, pero al mismo tiempo con una modestia y una sinceridad muy alejada del habitual narcisismo, megalomanía y estupidez de los “creadores” contemporáneos. Pasolini era ante todo un humanista, pero un humanista que sabía que la cultura humanística había desaparecido o estaba en trance de desaparecer, que la barbarie se ha instalado entre nosotros y que la cultura no es una inocente damisela sino una prostituta vendida al mejor postor, al capitalismo y a la sociedad de la abundancia mercantil.
Puede que Edipo re no sea una de las películas más destacadas de la filmografía de Pasolini. No es el neorrealismo crudo de Accattone o Mamma Roma, ni tiene la visión idealista y colorista de la Trilogía de la vida, ni la poesía crítica e hiperpolitizada de Porcile o Teorema, ni tampoco alcanza el nivel apocalíptico, polémico y pesimista de Saló. Decir que Edipo Re es una película de transición es una obviedad, porque todas las películas de Pasolini fueron eso, películas de transición, todas ellas son una búsqueda constante y, en gran medida desesperada, de un lenguaje que sea algo más que cinematográfico, que enganche con la vida y con el proyecto de mejorarla. En ese sentido, todo su cine es un cine extremadamente personal, íntimo, pero puede que Edipo re sea su película más íntima, y no sólo por su contenido claramente autobiográfico (reconocido por el propio Pasolini), sino sobre todo por cómo logra a partir de un mito clásico llevar a cabo una crítica del mundo contemporáneo de una forma que sólo Pasolini puede hacer, con sutileza, con una forma de narrar que lo dice y no lo dice todo, que nos deja la libertad para buscar la verdad por nuestra cuenta.
Puede que Edipo re no sea una de las películas más destacadas de la filmografía de Pasolini. No es el neorrealismo crudo de Accattone o Mamma Roma, ni tiene la visión idealista y colorista de la Trilogía de la vida, ni la poesía crítica e hiperpolitizada de Porcile o Teorema, ni tampoco alcanza el nivel apocalíptico, polémico y pesimista de Saló. Decir que Edipo Re es una película de transición es una obviedad, porque todas las películas de Pasolini fueron eso, películas de transición, todas ellas son una búsqueda constante y, en gran medida desesperada, de un lenguaje que sea algo más que cinematográfico, que enganche con la vida y con el proyecto de mejorarla. En ese sentido, todo su cine es un cine extremadamente personal, íntimo, pero puede que Edipo re sea su película más íntima, y no sólo por su contenido claramente autobiográfico (reconocido por el propio Pasolini), sino sobre todo por cómo logra a partir de un mito clásico llevar a cabo una crítica del mundo contemporáneo de una forma que sólo Pasolini puede hacer, con sutileza, con una forma de narrar que lo dice y no lo dice todo, que nos deja la libertad para buscar la verdad por nuestra cuenta.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El tema de Edipo re, más allá de la interpretación freudiana y de la identifiación entre Pasolini y Edipo, es el de la culpabilidad. Pasolini nos muestra cómo se puede ser inocente y al mismo tiempo culpable sin saberlo, cómo somos víctimas de un mundo que nos hunde en el fango y cómo colaboramos con la barbarie sin que lo sepamos y cómo al descubrir la verdad que se oculta en nuestra vida aparentemente apacible nos vemos arrastrados a la locura. Edipo re es una película con un mensaje político contundente, aunque no sea evidente, es una crítica al capitalismo y al “nuevo orden hiperindustrial”, a esta sociedad en la que unos se mueren de hambre y otros de aburrimiento, una sociedad en la que todos somos culpables de la destrucción del mundo y de la vida, pero al mismo tiempo somos inocentes, pues también somos víctimas de esa hidra que nos arrastra y nos empuja hacia el abismo sin que sepamos qué hacer, cómo reaccionar, cómo evitar la catástrofe que nos acecha. Sólo nos quedaría enloquecer, huir, llorar.
El pesimismo crítico de los últimos años de Pasolini aparece ya en esta película, que puede ser considerada como un prólogo crítico a sus obras más optimistas, contagiosas y vitalistas (Trilogía de la vida, Teorema) y que engancharía con su gran obra final, su epílogo, ese grito desesperado que fue Saló. Lejos de adherirse al optimismo de su tiempo, Pasolini nos presenta una realidad atroz y nos obliga a enfrentarnos a ella, ¿qué podemos hacer?, ¿qué debemos hacer? Desde luego no hacer caso omiso a la profecía, sino enfrentarnos a ella, comprenderla y buscar la manera de evitar su cumplimiento. La ignorancia no nos salva, el mirar para otro lado es complicidad con la barbarie. Puede que la profecía (el triunfo definitivo del capitalismo) sea inevitable, pero la única forma de afrontar la vida con dignidad, es ser consciente de esa profecía que nos amenaza y de todo lo que conlleva, seguir la vida como si nada fuese con nosotros en una huida ignorante y aparentemente inocente es un suicidio retardado, pues al final la profecía nos alcanza y acabará explotando en nuestras manos, destruyendo nuestras vidas y las de todos los seres que amamos.
El pesimismo crítico de los últimos años de Pasolini aparece ya en esta película, que puede ser considerada como un prólogo crítico a sus obras más optimistas, contagiosas y vitalistas (Trilogía de la vida, Teorema) y que engancharía con su gran obra final, su epílogo, ese grito desesperado que fue Saló. Lejos de adherirse al optimismo de su tiempo, Pasolini nos presenta una realidad atroz y nos obliga a enfrentarnos a ella, ¿qué podemos hacer?, ¿qué debemos hacer? Desde luego no hacer caso omiso a la profecía, sino enfrentarnos a ella, comprenderla y buscar la manera de evitar su cumplimiento. La ignorancia no nos salva, el mirar para otro lado es complicidad con la barbarie. Puede que la profecía (el triunfo definitivo del capitalismo) sea inevitable, pero la única forma de afrontar la vida con dignidad, es ser consciente de esa profecía que nos amenaza y de todo lo que conlleva, seguir la vida como si nada fuese con nosotros en una huida ignorante y aparentemente inocente es un suicidio retardado, pues al final la profecía nos alcanza y acabará explotando en nuestras manos, destruyendo nuestras vidas y las de todos los seres que amamos.