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Voto de Cornapecha:
4
6,8
24.453
Drama. Romance. Ciencia ficción
Ian Gray, un estudiante de biología molecular especializado en la evolución del ojo humano, conoce a una misteriosa mujer cuyo iris es multicolor. Años después, su investigación lo lleva a hacer un descubrimiento asombroso, que podría cambiar la forma en que percibimos nuestra existencia. (FILMAFFINITY)
2 de julio de 2015
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El truco es más viejo que el hambre. Cuando lo que ofreces no tiene el suficiente valor, métele misterio, ponte pretencioso y hazte el interesante.
Esto viene funcionando desde que el arte es arte y sobre todo ha triunfado en el cine. Y en la época del esplendor hipster, ya ni te digo.
Cahill es otro de tantos vendehumos que cree que cuanto más raruno es lo que rueda, más inteligente parece. Y que todo lo que no se entiende (o se entiende a medias) es poético. Lo presento a un par de festivales ad hoc y me la llevo caliente.
Orígenes tiene un buen planteamiento y un desarrollo confuso, empanado y pretencioso. Te pasa dos horas viendo las evoluciones/aventuras/amoríos/divagaciones del personaje de Pitt y al final no te coscas de nada. Cahill pica aquí y allá, propone media docena de temas pero no remata ninguno. El conflicto ciencia/religión, el amor más empalagoso, la numerología, la espiritualidad más hipster y pedante posible...
Las cosas pasan sin mucho sentido, los científicos se reconvierten en místicos y después expían sus culpas enseñando cartoncitos con fotos. Al final salen personajes que no intervienen y el protagonista se lía a dar vueltas por la geografía terrestre en busca de no se sabe qué.
Con menos pretenciosidad seguramente se hubiese podido ver una buena película. Pasada por el filtro de Cahill "Orígenes" acaba siendo la típica película gafapastera, de aquellas que triunfaban en los cine-clubs de los setenta. Es decir, muy bonita pero muy hueca.
A aquellos que disfrutan del postureo intelectual, de lo cool y alternativo le emocionará mucho. A los que nos gusta el cine de verdad, sin barbas, ni bicis, ni gafas de pasta nos deja bastante fríos.
Eso si, la próxima de Cahill también triunfará entre su parroquia. Aunque sean dos horas mirando una lavadora. Porque hay mucho poeta de Starbucks por ahí suelto...
Esto viene funcionando desde que el arte es arte y sobre todo ha triunfado en el cine. Y en la época del esplendor hipster, ya ni te digo.
Cahill es otro de tantos vendehumos que cree que cuanto más raruno es lo que rueda, más inteligente parece. Y que todo lo que no se entiende (o se entiende a medias) es poético. Lo presento a un par de festivales ad hoc y me la llevo caliente.
Orígenes tiene un buen planteamiento y un desarrollo confuso, empanado y pretencioso. Te pasa dos horas viendo las evoluciones/aventuras/amoríos/divagaciones del personaje de Pitt y al final no te coscas de nada. Cahill pica aquí y allá, propone media docena de temas pero no remata ninguno. El conflicto ciencia/religión, el amor más empalagoso, la numerología, la espiritualidad más hipster y pedante posible...
Las cosas pasan sin mucho sentido, los científicos se reconvierten en místicos y después expían sus culpas enseñando cartoncitos con fotos. Al final salen personajes que no intervienen y el protagonista se lía a dar vueltas por la geografía terrestre en busca de no se sabe qué.
Con menos pretenciosidad seguramente se hubiese podido ver una buena película. Pasada por el filtro de Cahill "Orígenes" acaba siendo la típica película gafapastera, de aquellas que triunfaban en los cine-clubs de los setenta. Es decir, muy bonita pero muy hueca.
A aquellos que disfrutan del postureo intelectual, de lo cool y alternativo le emocionará mucho. A los que nos gusta el cine de verdad, sin barbas, ni bicis, ni gafas de pasta nos deja bastante fríos.
Eso si, la próxima de Cahill también triunfará entre su parroquia. Aunque sean dos horas mirando una lavadora. Porque hay mucho poeta de Starbucks por ahí suelto...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
La muerte de Sofie actúa como la espoleta que hace estallar la película. Hasta ese momento era bastante pesadita, con ese amor de diseño tan cool entre el científico ateo y descreído y la guapita moderna y espiritual que tiene más conexiones con el más allá que con el más acá.
Pero el fallecimiento de la muchacha que veía cosas raras desmonta toda posible coherencia. A partir de entonces los personajes y la historia en si caen en un sinsentido que va añadiendo capas de inconsistencia. Los papás científicos pierden el oremus y se lían a creerse lo que haga falta. Y ya todo se va definitivamente al carajo.
Y lo peor es que esto se vende como ciencia-ficción. Por eso piqué, a pesar del evidente gafapastismo que transmitía. Prometo no volver a hacerlo.
Pero el fallecimiento de la muchacha que veía cosas raras desmonta toda posible coherencia. A partir de entonces los personajes y la historia en si caen en un sinsentido que va añadiendo capas de inconsistencia. Los papás científicos pierden el oremus y se lían a creerse lo que haga falta. Y ya todo se va definitivamente al carajo.
Y lo peor es que esto se vende como ciencia-ficción. Por eso piqué, a pesar del evidente gafapastismo que transmitía. Prometo no volver a hacerlo.