Así es este drama con toques a western y aroma romántico y pasional. Desde el inicio se percibe cierto homenaje, cierta nostalgia, cierta concesión a Malick. Rodando como si lo tuviese siempre presente, respetándolo y alabándolo, para lo bueno y para lo malo.
Sin embargo la película también tiene su propio sello y encanto (si este existe), una música muy lograda, un montaje más breve y conciso, un ritmo algo menos eficaz, un casting mas conseguido y rematado (con tres actores sublimes, en lugar de dos como en Malas Tierras, al menos las que yo recuerde). Aún así, hay que avisar de antemano, que a pesar a tener ese aire a clásico, hay que ir bien despejado y con mentalidad bastante abierta y sagaz para poder disfrutar de su elogiable belleza visual.

Lo mejor: La fotografía, la hermosura estética, hasta Texas puede parecer un nirvana crepuscular.

Lo peor: El guión. Demasiado inconcreto e indeterminado. Muy mejorable.