Fuimos muchos los que al ver en su momento "Nueve Reinas" coincidimos en el potencial de aquella magnifica película la podría haber convertido en un taquillazo espectacular de haberse tratado de una producción americana con un par de estrellas tipo George Clooney o Brad Pitt.
Ahora nos llega este remake avalado por la productora Section Eight y con dos magníficos actores (John C. Reilly y Diego Luna) capaces de llevar el peso de cualquier película. Así que, a primera vista, recomponer esta juguetona y tramposa historia y llevarla a Los Angeles hoy en día parecía un juego de niños. Parecía una batalla ganada de antemano. Pero, desgraciadamente, no es así.
La película es un calco espectacular de la original. Nueve Reinas comenzaba en una gasolinera y esta empieza en un casino. Ahí acaban las diferencias. Pero la Argentina de los últimos años (con todas sus crisis económicas y políticas) no es comparable a Los Angeles de hoy en día. La pillería de los personajes en la película original estaba totalmente acorde con un país resquebrajado y con una cultura, la argentina, infinitamente mas “buscavidas” que la estadounidense. Y es precisamente aquí donde la película pierde su fuerza. Donde en una todo es credibilidad, en otra es impostura e inverosimilidad. Un remake adapta una historia, pero cada cultura y cada lugar tienen su manera de vivir y llevar a cabo esa historia.
No sé como un espectador se puede sentir viendo esta película sin haber visto la original, pero para cualquier persona que haya visto Nueve Reinas, mi recomendación es que la guarden con cariño en la memoria y se olviden de este Criminal.