Candidata cuanto menos a recibir varias nominaciones de los Oscar y ganadora en los Globos de Oro, Moonlight se postula como una fuerte candidata a figurar entre las películas más recordables del año.
Dividida en tres secciones tituladas 1) Pequeño, 2) Chiron y 3) Black, Moonlight sigue el crecimiento de un afroamericano gay, desde su dura infancia, pasando por su adolescencia no menos complicada hasta su adultez.
De pequeño Chiron que "en algún momento tienes que decidir quién eres y nadie puede tomar la decisión por tí" y aún no sabe cuán difícil será. En un colegio que a menudo se vuelve un campo de batalla cargado de violencia física y verbal, pero también tiene momentos de deporte y baile, deberá convivir entre una madre adicta y familiares ausentes, desconocidos aventurados a formar parte de sus afectos y el mar en donde aprenderá a flotar para luego fundirse o luchar con sus olas. Es un tiempo de correr, huir, escapar y sobrevivir, de silencios pero también de gritos ensordecedores.
Luego, Chiron empezará a dejar de ser pequeño para dar lugar a su iniciación en todos los sentidos. Entonces alguien le dirá con atino que "la regla es todo amor y orgullo y no bajar la cabeza". Es un momento de caminar sin rumbo, dormir en una estación, perderse, pero también descubrirse frente al mar bajo la luz de la luna (como evoca el título).
Finalmente, la adultez lo conocerá como "Black". A pesar de ello, será un "visitor" en algunos lugares y con algunos vínculos del pasado. Es el último tiempo venidero para los perdones, de felicidad y de amor o cariño. Aún le será difícil expresar sus sentimientos y recibir el afecto de otros pero como fuere, es el momento, tal vez, de un retorno a una infancia resignificada y menos atormentada.
A través de un relato sencillo y poco pretencioso, Jenkins construye un retrato intimista de un pequeño en búsqueda de amor a través de imágenes poéticas y una muy buena y elocuente banda sonora, pocos diálogos pero de gran profundidad, un contundente guión y una potente dirección.
Tal como lo figura su título, la película brilla en una hipnótica mirada a la vida negra en América durante las décadas de los ´80-´90 a la par que centra la atención en un profundo drama. Es esa la grandeza de Moonlight: sin grandilocuencias ni estereotipos logra con magistral sutileza tocar un tema singular que lo vuelve universal.