Qué manera de estropear una película que hasta el tramo final podía presumir de elegante, misteriosa, hasta cierto punto original, con un suspense in crescendo, con momentos sutiles de mucho terror, con atmósfera, una fotografía sensacional, personajes interesantes... concluyendo con final efectista anti clímax, inverosímil hasta la médula, exagerado,sin pies ni cabeza, y que encima nos recuerda a otras películas que todos conocemos ya.

Cuando el final de una película no puede superar su desarrollo deja que al menos lo iguale, que quede algo equilibrado e inteligente, aunque no tengas el final más sorprendente y desconcertante del mundo, no estropees el buen trabajo previo, el mimo, el arte, cierra el guión con elegancia, con cordura. Pero claro, es mejor dar el giro final y desmontar todo lo visto para que el público más comercial y menos exigente se lleve su dosis de artificio. Algunas grandes obras maestras han hecho esto, pero lo han hecho bien, tenía un total sentido, aquí no. Su final desmonta todo, y ya nada es creíble.

Y si tu punto de partida a la hora de escribir el guión es ese final concreto, si esa es tu historia, cúrratelo para no parecer un simple tramposo, que cuando llegue el momento de desvelar las cosas éstas encajen desde la credibilidad, el sentido, y no la simple trampa. Sí, hacer cine es difícil, y si quieres crear situaciones rocambolescas aún más.