Como olvidar la serie que me enganchó de principio a fin en la que veía y reveía hasta el cansancio: Dragon Ball.
Gokú un saiyayin que desde niño no se dió cuenta en la primera etapa, pero en la segunda sí cuando era adulto (el de la Z) y de la tercera también (aunque no me gustó mucho por que volvió a ser niño).
Memorables e intensas luchas con los duros adversarios: la de Patrulla roja, Piccoro Taimaku, la estirpe saiyayinesca con el impotable Vegeta a la cabeza (en la cual tuvo un hijo con Bulma que se llama Trunks), Freezer, Cell y los androides, Majin Boo sorteando difíciles momentos ganando casi todas las peleas ya sea en el torneo de las artes marciales o de peligro de la faz de la tirra incluso con la muerte que le sirvió para entrenar y superarse profesionalmente y personalmente gracias a su osada actitud.
Los amigos que lo acompañaron en las buenas y en las malas pasara lo que tuviera que pasar con las batallas que se libraban dentro y fuera de la tierra con Kreelen, Yamcha, Ten-Shin-Han, Piccoro y también con sus hijos Gohan, Gotens y su nieta Pan.
Renglones aparte, Bulma lo acompañó en todas sus aventuras gracias a que era ingeniera electrónica de la Capsula Corporation y es la que dió mayor hincapié a la historia y a las aventuras que emprendieron; y la capacitación de los maestros Rossi, Karim, Kamisama y Kaiosama para alentarlo en todas las peleas y desafíos habidos y por haber.
Por lo tanto, Dragon Ball es una de las series magistralmente logradas con espectaculares efectos animados pero que con el tiempo se desgastó ya que las batallas pese a que no se holgaron ya le daban alargues innecesarios a cada capitulo de las batallas que terminan aburriendo a la audiencia, pero aún así, amenizó de principio a fin con las aventuras en defender la tierra de los crueles y poderosos enemigos que amenazan a perturbar la tranquilidad del mundo y que gracias a Gokú, sus hijos, nietos, amigos y amienemigos salvan la tierra pase lo que pase con sus batallas. En fin, hubo Gokú para rato.