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Voto de Verbal Kint:
10
Drama Principios del siglo XX. David Aaronson, un pobre chaval judío, conoce en los suburbios de Manhattan a Max, otro joven de origen hebreo dispuesto a llegar lejos por cualquier método. Entre ellos nace una gran amistad y, con otros colegas, forman una banda que prospera rápidamente, llegando a convertirse, en los tiempos de la Ley Seca (1920-1933), en unos importantes mafiosos. (FILMAFFINITY)
3 de julio de 2007
18 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Durante muchos años los americanos se han imaginado o han tenido en mente la imagen clásica de un personaje mafioso, aquel que viste con pajarita, traje Armani, fuma puros y controla desde un garito todo el negocio, aparte de fingir ser alguien respetado e ir de fiesta en fiesta bebiendo champán. Y eso no era todo, también tenía que ser italiano.
Dejando atrás la historia americana del siglo XX, parece claro que los italianos jugaron un papel decisivo en la posterior mafia en el famoso país, pero no eran ni por asomo los únicos que estaban "en el ajo". Tal vez parte del "mérito" se lo debamos a Francis F. Coppola y sus "Padrinos", quienes introdujeron la personificación por antonomasia del jefe mafioso.
Si bien hay películas posteriores que cambian esta imagen(Scarface; El clan de los irlandeses) es evidente que ninguna logra alcanzar la obra coppoliana.
Es curioso que incluso después de que Italia protestara por esta imagen tan denigrante hacia sus compatriotas en numerosas películas, una de las mejores que versa sobre el mundo de la mafia, sus consecuencias y que está situada en América sea dirigida por un director italiano.
Leone, como buen artesano se aleja completamente de los parámetros de su época( y de la nuestra) estableciendo una localización única, un guión formidable, una música increíble y unas actuaciones de altura, haciendo del largometraje una experiencia única,casi poética.
El ritmo y el tempo van de la mano y pese a la desorbitada duración, el film se antoja finalmente a poco, dando ganas de mar, dejando un gusto amargo, no por la experiencia extraordinaria vivida, sino por estar esta acabada.
Pocas películas consiguen lo que esta: una perfecta conexión espectador-personajes, un interés total por la historia, una sensación única, admirable, casi orgásmica. Se convierte casi sin quererlo en una total obra maestra que mereció todos los Oscar del año, sin lugar a dudas y que se llevó un palmo de narices... y no me hagan hablar de la labro de Morricone, encomiable(como la de todos).
En definitiva, nunca Leone pudo acabar mejor su carrera cinematográfica:un broche de oro, para una película de lujo.
Formidable.
Verbal Kint
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