Richard Hannay (Donat) ayuda a una mujer misteriosa a la que le persiguen unos espías. Cuando es asesinada el tiene que escapar de la policía, que sospecha que él es el asesino, y de los espías que quieren saber cuanto sabe. Como casi siempre con Hitchcock es la historia del inocente perseguido.

Esta es una gran película, aunque hay que recordar que data de los primeros años del cine sonoro y se realizó con un presupuesto ajustado y esto a veces se nota, sobre todo en los escenarios (por ejemplo cuando Richard está esposado con Madeleine), y en la poca credibilidad de algunos aspectos de la acción (ver spoilers).

Las escenas en salas con finales en gritos y alteraciones al orden se repiten. La inicial en el music hall con Mr. Memory (los ángulos de las tomas iniciales de la taquilla y de las espaldas y pies de los espectadores crean tensión) y que acaba con el tiroteo, la segunda en el mitin político en Escocia donde Hannay improvisa un discurso apasionante y la última en la que Hannay pregunta que son los 39 escalones a Mr. Memory.

Las escenas en la granja escocesa con el granjero religioso que maltrata a su mujer, las miradas, los ángulos y la iluminación son excelentes.

A pesar de todas sus carencias, este es un thriller que todavía se puede disfrutar, y no solo por la apreciación de su aportación al desarrollo del género y su importancia dentro de la obra de Hitchcock.