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Voto de Caith_Sith:
7
Drama Polonia, 1960. Anna (Agata Trzebuchowska), una novicia huérfana que está a punto de hacerse monja, descubre que tiene un pariente vivo: una hermana de su madre que no quiso hacerse cargo de ella de niña. La madre superiora obliga a Anna a visitarla antes de tomar los hábitos. La tía, una juez desencantada y alcohólica, cuenta a su sobrina que su verdadero nombre es Ida Lebenstein, que es judía y que el trágico destino de su familia se ... [+]
17 de noviembre de 2013
143 de 164 usuarios han encontrado esta crítica útil
En "Ida", el realizador de la torpe "La femme du vème" (2011) renace cual ave fénix para dar forma a una película que, en cierto modo, podría tildarse de prodigiosa. Abrazando el ratio 4:3 y con una fotografía en blanco y negro de una belleza superlativa, nos cuenta la historia de una monja que antes de aceptar sus votos tendrá que atar un cabo que queda suelto en su pasado familiar, encontrarse a sí misma y entender a qué se está enfrentando. Con el objetivo de conocer la verdad sobre sus padres, es enviada a casa de su tía, una jueza bastante liberal que la ayudará en la búsqueda. Dicho así suena a algo poco atractivo, pero lo cierto es que el mérito de Pawel Pawlikowski es que lo difícil parezca fácil, entregando una pieza de cámara de una estilización de otro planeta.

Como hacía Michael Haneke en "La cinta blanca" (2009), la elección del blanco y negro cobra todo sentido en el momento en el que la fotografía saca a relucir las virtudes de esta gama cromática. Así, su primer bloque dentro del convento es extraordinario, alcanzando imágenes de pura calidad pictórica: juegos de sombras o espacios que oprimen a los personajes en el encuadre, son comunes en un tramo que sirve de primera toma de contacto y que se mantiene con una calidad equiparable en el resto del metraje. La cosa es aún más meritoria si tenemos en cuenta algo: no hay movimientos de cámara en la película, a excepción de dos (un travelling lateral, y un seguimiento fronta). Así la planificación es clave para generar un dinamismo dentro del encuadre, y en este punto no se pueden poner pegas de ningún tipo. Otro de los méritos del film de Pawlikowski es saber equilibrar los resortes del cine de autor más árido, con planos generales de duración considerable, con otra serie de ritmos que se acercarían a lo 'convencional', por así decirlo. No renunciar nunca a la belleza ni a la personalidad pese a saber abrazar ambas vertientes es algo que merece, como poco, ser elogiado.

Independientmente de todo lo anterior tenemos un guión más que sólido, estructurado (no rigurosamente, pero sí con bloques temáticos) en tramos que permiten a los personajes respirar y encontrar su sitio ideal. Hay algo curioso, no obstante, y es que los dos personajes principales (la monja y su tía, interpretadas por la bellísima Agata Trzebuchowska y Agata Kulesza respectivamente) no evolucionan durante todo el metraje en el sentido tradicional: no cambian su personalidad, no se abren/cierran, no buscan comprender forzosamente otras formas de vida. Son fieles a sus roles y sin embargo podemos intuir un cambio en ciertos momentos sobre todo a razón de un acontecimiento clave. Así todo es cíclico: lo que empieza, acaba. El sacrificio consiste en entender aquello que se va a perder.

"Ida" es una película notable que merece recomendarse por sus logros formales, sobre todo, pero también por su inteligencia en el guión y la entrega de sus dos figuras principales. Un film valioso, necesario, que genera un interés instantáneo por cualquier cosa que vaya a realizar Pawel Pawlikowski de aquí en adelante.
Caith_Sith
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