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Voto de Caith_Sith:
7
Thriller. Drama Desde que su mujer sufrió quemaduras en todo el cuerpo a raíz de un accidente de coche, el doctor Robert Ledgard, eminente cirujano plástico, ha dedicado años de estudio y experimentación a la elaboración de una nueva piel con la que hubiera podido salvarla; se trata de una piel sensible a las caricias, pero que funciona como una auténtica coraza contra toda clase de agresiones, tanto externas como internas. Para poner en práctica este ... [+]
3 de septiembre de 2011
32 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde el principio se ha emparentado a “La piel que habito” con un clásico del cine de terror como “Ojos sin rostro” y es que el material mostrado al principio así apuntaba. Afortunadamente el resultado final dista de ser similar al del notable filme francés y se confirma como un cambio de rumbo en la carrera del realizador manchego, que demuestra seguir en forma al dar a luz una película tan radical como única, que dividirá opiniones, claro, pero principalmente porque es insobornable, como ocurría con otro suicidio artístico como el acometido el pasado año por Alex de la Iglesia con su fantástica “Balada triste de trompeta”.

“La piel que habito” tampoco llega a ser tan suicida pero desde luego se aleja de ser una película convencional en términos generales. Su calculada frialdad no sólo es buscada sino necesaria para poco a poco ir caldeando el ambiente y llegar hasta su desoladora conclusión final e incluso aunque aqueje un par de problemas (la forma en que se integran los flashbacks es eficiente pero un poco caprichosa, un poco más de presión psicológica ayudaría) la narración es modélica. El ritmo es ágil, sus casi dos horas no se sienten y el punto de partida es tan bueno que desde el primer segundo se implica al espectador. Un buen Banderas y una hermosísima Anaya como los casi únicos actores de la función cumplen (hay alguno más pero son muy secundarios) y cargan sobre sus hombros la responsabilidad de que esto salga a flote a pesar de los excesos habituales del universo de su director. Y lo logran.

Mención aparte merece la fantástica banda sonora de Alberto Iglesias y la elegante dirección de Almodóvar, que hace que la cámara serpentee en la inmensa mansión en la que se desarrolla prácticamente toda la trama generando intriga con cada movimiento, por sutil que éste resulte. “La piel que habito” puede que sea un proyecto suicida, que su argumento tome licencias que cuesta creerse (como casi todo melodrama) pero al final se confirma no sólo como uno de los trabajos más personales de su director y, también, de los mejores que ha firmado. Delirante, demoníaca y de alguna forma retorcida, deliciosa. Merece la pena.
Caith_Sith
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