Dicen que "Jaws" de Steven Spielberg es la película que dio origen a los blockbusters y que hizo saltar a este director al estrellato para así tener plena libertad de hacer cuanto quisiera. En mi caso, esta película es la máxima prueba de que la característica "comercial" del cine, digan lo que digan los puristas, no es necesariamente un defecto. En este caso, es una valiosa virtud, una virtud que Spielberg ha repetido con muchas de sus historias más fantásticas tales como "ET El Extraterrestre", "Encuentros en la Tercera Fase" y "Jurassic Park", historias que pueden no ser realistas ni terrenales, pero siguen siendo humanas y profundas, y aprovechan al máximo esa magia que sólo es posible en el cine.

Lo mejor de "Jaws" es que es una película terrorífica que juega con los temores humanos desde un punto de vista adulto y serio gracias a sus estupendas y sobrias interpretaciones... y a sus espeluznantes escenas.
La escena inicial del buceo en primera persona del monstruo marino buscando a su presa con la inolvidable banda sonora de John Williams (para mí éste es uno de sus mejores trabajos) se basta por sí sola para ponernos los pelos como escarpias para cuanto resta de película. Pero no, la cosa no se queda ahí.
Aún más allá de las sangrientas dentelladas de la criatura, Spielberg posee una audacia y un talento que se emplean para "diseccionar" las virtudes y los vicios humanos ante una situación de terror primitivo. Tenemos a quienes están decididos a matar al animal para salvar a los turistas engañados, a quienes sólo quieren hacerlo por dinero y a quienes están dispuestos a no hacer nada en absoluto.
Todo ello estupendamente hecho gracias a buenas interpretaciones, acertados diálogos, imágenes de gran impacto (incluso la escena de Roy Scheider leyendo la enciclopedia sobre tiburones nos induce a ponernos en su carne) y todo un arcoiris de virtudes de los cuales la película no presume, pero que sin embargo posee, y están ahí para quien quiera molestarse en verlos.

Lo único que no me gusta de "Jaws" es que su final, la caza de la bestia y la aventura final de los tres protagonistas me parece desaprovechada por un lado y sobreaprovechada por el otro. Sin embargo, el relato de Robert Shaw sigue siendo impresionante y le da una dimensión más terrorífica. Y aún a pesar de todo, cuanto lleva hasta esa parte de la película me parece soberbio. Sin duda la película de monstruos marinos por excelencia.

El tiburón es impresionante. Es cruel, sanguinario, rápido, silencioso, prehistórico y salvaje, y no deja escapar a su presa. Es como si Dios hubiera acumulado todo el mal del mundo... y le hubiera dado mandíbulas.

Así que no lo duden, queridos espectadores. Puro terror, pura aventura.

Véanla... antes de meterse en el agua.