En vez de sumergirte en la desesperación como Martyrs, esta película solo causa aburrimiento. Parece que Pascal Laugier hizo una extraña combinación de The Texas Chain Saw Massacre con películas tipo Annabelle sin mayor éxito, repitiendo la misma fórmula de slashers y screamers.

El ritmo de la película es desigual, aunque tiene un buen giro de guion al intermedio, su fuerza y dinamismo va en caída libre, nunca hubo una etapa cumbre de terror, de pánico, nunca se sintió en verdad un escenario de infierno, realmente se extrañó las innumerables escenas gore de Martyrs.

Posiblemente lo mejor de su visionado aparte del cambio de realidad a imaginación, fue el rostro de Crystal Reed y la innecesaria escena en donde salía desnuda Anastasia Phillips mostrando sus tetas caídas.