No es sorpresa que el personaje de Jesús volvió a robarse la atención del público a pesar de no ser protagonista. De todas maneras fue una acertada reivindicación de Maria Magdalena, de la nueva santa y apóstol de apóstoles, por fin se limpió su imagen y se erradicó la falsa idea impuesta por el papa Gregorio I (591) de que ella fue una prostituta. Es cierto, muchos la tildarán de Feminista pero cada escena de esta película es una adaptación de los innumerables pasajes bíblicos en donde se le nombra de manera explicita.

Rooney Mara sin tener diálogos rimbombantes destacó gracias a su rostro tan poético; por otro lado, el buen Joaquin Phoenix no decepcionó para nada y encarnó a un Jesús enigmático, ni hombre (Willem Dafoe en The last temptation of Christ) ni divinidad (Jim Caviezel en The Passion of the Christ). Posiblemente le faltó pulir muchos aspectos cinematográficos como para ser recordada como obra maestra, pero su visionado es obligatorio para cualquier creyente, ateo, agnóstico o satánico.