Bonita forma de cargarse la saga, sí señor. Antes de entrar en la sala mis expectativas eran justitas, las justas para aprobar la cuarta parte de una saga notable y que me había hecho pasar ratos excelentes. Pero, nada más con el principio, vaticiné lo que seguía: efectos por doquier, chascarrillos malos, una historia rebuscadísima y absolutamente inverosímil y poco espíritu de Indiana Jones. Y es que hay escenas de vergüenza ajena. El principal problema es que esta parte de la saga se ha hecho para niños. Así salen estupideces como el de los topos (o lo que sean) del principio o la parte de los monos estilo Tarzan, absolutamente flipadas e innecesarias. Otro principal problema es la imposición de los efectos ante la historia que cuenta la película. La película está repleta de ellos, todos excelente, pero por eso queda una historia flojita, tanto en originalidad, como en transcurso de hechos. Los diálogos son desde lo estúpido hasta lo horroroso, y los personajes son más planos que los pechos de Kate Hudson.

Lo único que salva a la película es sin duda, el entretenimiento de todo su metraje (cosa que no es nada nueva por parte de quien la dirige) pero es tan estúpida, incoherente y detroza de una manera tan radical la saga, que por mi parte no merece el aprobado. También están muy bien los efectos especiales (tampoco es nada del otro jueves), los decorados y la fotografía, pero no compensa para nada la decepción en MAYÚSCULAS que me produjo esta cinta. Valoración: 4.3