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España España · Valencia
Voto de Lefty:
7
Comedia En una pequeña ciudad provinciana, a unas burguesas ociosas se les ocurre la idea de organizar una campaña navideña cuyo lema es: "Siente a un pobre a su mesa". Se trata de que los más necesitados compartan la cena de Nochebuena con familias acomodadas y disfruten del calor y el afecto que no tienen. Plácido ha sido contratado para participar con su motocarro en la cabalgata, pero surge un problema que le impide centrarse en su trabajo: ... [+]
15 de enero de 2010
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La de quebraderos de cabeza que puede llegar a ocasionar el pago de una letra... En los años sesenta o en pleno 2010, ahora lo estamos viendo. Hoy siguen habiendo pobres y ricos, y penurias para pagar la hipoteca (lo que ya no quedan son motocarros de esos). Así es que tenemos una parodia plenamente adaptable a nuestros días. Con mucho mérito para el director, porque nuestros días no son los de entonces, con la dictadura, la censura, bla bla bla (ya todos sabemos). Y todo ocurre en nochebuena, en lo que parece ser una capital de provincias. En ese día tan señalado va Plácido con su motocarro y su letra, la cabalgata y la bienvenida a las celebridades de Madrid (aunque Carmen Sevilla no hace acto de aparición), la subasta, la campaña "cene usted con un pobre", el casamiento, la cena... La película es un barullo, un correcalles alocado en el que un mogollón de gente va de un lado para otro como por casualidad, aunque con un fin, no siempre lógico. Detrás de toda esta comedia el director plantea un trasfondo social, y sin ser un drama, sí deja encima de la mesa unas cuantas cuestiones. Ya una de las primeras secuencias, que tiene lugar en el banco, con el reparto de los puros y la manera de conducirse y de expresarse el director es una declaración de intenciones y un puyazo considerable. La campaña refleja a las claras el cinismo de las clases pudientes, que se van a servir de ese acto para alimentar su fachada social. El pobre es manejado como un objeto, impersonal, porque a ninguno se dirigen con un nombre, sino como "pobre". Veamos también como es Plácido, otro pobre, el que se carga la familia a cuestas y va cumpliendo desinteresadamente con los caprichos absurdos de otros. Alrededor de esta intención aparece el beatismo de las meapilas de turno, que montan la de San Quintín para evitar la muerte en pecado por lo del concubinato. Está lo de las ollas "Cocinex", creo que las llaman así, que lleva también su carga de ironía hacia esa publicidad incipiente, pero ya codiciosa. En medio de todo el jaleo, de todas las situaciones cómicas, la película tiene un montón de mensajes, de caras (tanto que cada personaje representa casi por sí solo un conjunto social). Para el contexto es completísima. Si he de decir la verdad, a pesar de la fama que tiene Berlanga, yo es la primera obra suya que veo, y no será la última.
¡Ah! Qué decir de un López Vázquez sin su perenne bigote y del entrañable Manuel Alexandre...

"-¿Hay besugo?
-No, no hay besugo.
-¡Lo que faltaba! Una nochebuena sin besugo no es nochebuena."
Lefty
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