Ya se sabe que el género de los thrillers es muy dado a incurrir en fallos en el guión, trampas y descuidos varios. Este 'Transsiberian' tiene dos que deslucen un poco el buen hacer general de Brad Aderson como director y guionista:
-la escena inverosímil y totalmente prescindible en la que Jessie (Emily Mortimer) casi se despeña por el final del vagón del transiberiano cuando se dispone a cruzar a otro vagón (¿es que el personaje no ve a través del cristal de la puerta o siquiera el suelo que pisa?) Recurso mediocre para aumentar la tensión en el espectador.
-la secuencia en la que vemos a la policía rusa con un perro en el pasillo del tren registrando compartimento por compartimento y acercándose al de Roy y Jessie (recurso mil veces visto pero aceptable para aumentar la tensión del espectador). La cámara regresa al interior del compartimento de Jossiey Roy, esta le confiesa el asunto de las matrioskas, se produce un Corte de plano (el espectador medio se olvida de la policía rusa, que se esfuma en nuestra memoria a corto plazo) y Jessie y Roy ¡¡tachán!! se han teletransportado sin problemas a la cocina ante Grinko (Ben Kingsley) y su secuaz.