Antes de desfasarse, Kevin Smith comenzó con esta opera prima rodada en blanco y negro, con actores amateur y con un presupuesto ridículo.
La historia se reduce a contar un dia normal en la vida del protagonista “Dante”, en su ambiente de trabajador de un pequeño supermercado, pero supuestamente el dia que le tocaba librar, un presagio del loco día que le va a tocar soportar.
Con esa premisa tan sencilla transcurre la historia llena de los personajes más variopintos que te puedas imaginar y llena de situaciones tronchantes salidas de una mente extremadamente friki.
En la primera escena suena un teléfono en una habitación vacía y de repente se abre un armario del que cae Dante, que estaba durmiendo dentro de el, al ver esto sabes por donde pueden ir los tiros pero no te imaginas hasta donde llegaran los disparates a lo largo del día.
Clerks transcurre entre discusiones de Dante con Randal, que es el dueño del videoclub de al lado. Randal es completamente distinto al protagonista, desprecia a sus clientes hasta el punto de escupirles en la cara y muestra una actitud de dejadez hacia el mundo, mientras Dante intenta tener un poco de dignidad y respeto por los demás.
También es muy sonada la discusión con su novia que resulta ser un poquito mas guarra de lo que el pensaba.
Mención a parte para Jay y Bob el silencioso (interpretado por el director) que son un espectáculo por si mismos. Luego Kevin Smith los utilizo en todas sus películas y los transformo en algo ridículo.
Contra sus limitaciones creativas y económicas, Kevin Smith logro crear un clásico políticamente incorrecto de dialogos locos y agiles que hará reír a la juventud de muchas generaciones.