Estamos ante una de esas pequeñas joyas que probablemente nunca lleguen a ser consideradas obras maestras pero que estoy seguro de que dejarán un buen sabor de boca a todo aquel que la vea.
Bill Murray y Scarlett Johansson realizan posiblemente los mejores trabajos de sus carreras (hasta la fecha).
Lost in Traslation nos cuenta la histroria de dos personas solitarias. Dos nostálgicos. Dos personas melancólicas que se conocen en un hotel de una gran ciudad. Y al conocerse ambos descubren que a parte de la diferencia de edad y de venir de dos mundos distintos (uno es actor decadente y la otra es la esposa de un fotógrafo) ambos son extremadamente parecidos. Esta similitud les lleva a comenzar una preciosa amistad que finalmente se transformará en algo más. Toda la historia está llena de elementos sutiles, de esos pequeños detalles que diferencian la amistad del amor. Al principio son dos solitarios en la inmensa ciudad de Tokio pero a medida que va pasando la historia nos damos cuenta de que se tienen el uno al otro y con esto todo lo demás sobra.
Confesaré que desde que vi Lost in Traslation me enamoré profundamente de la protagonista. El retrato que hace de esa chica solitaria, sencilla, elegante, ingenua, bellísima, tierna, dulce..., es simplemente espectacular. Murray también está sublime. Parece que más que actuando nos esté contando una parte de su vida. Posiblemente se haya sentido así en algun momento de su vida, así que podríamos hablar de una interpretación autobiográfica.
En cuanto a la directora, decir que creó un guión hermosísimo y a la hora de plasmarlo en la pantalla acertó en la diana. Nada sobra y nada falta. A veces pequeñas historias como esta rozan la perfección. Es el caso.
Resumiendo, estamos ante un gran guión, una gran dirección, y unas grandes interpretaciones al servicio de una sencilla historia. En definitiva; una pequeña GRAN película.