El tándem de Eli Roth (Hostel) y Eric Kripke (Sobrenatural) prometía más pero todo quedó en un Harry Potter menor.
Lewis (Owen Vaccaro) es un niño huérfano que se va a vivir a la casa de su tío Jonathan (Jack Black). La casa está llena de relojes por todas partes y Jonathan y Mrs. Zimmerman (Cate Blanchett) cuidan de que todo permanezca en un orden establecido para evitar la amenaza que existe sobre un viejo reloj.
En tiempo pasado el mago Isaac, buen amigo de Jonathan, sirvió a las malas artes junto a su amada Selena y lanzó un conjuro malvado sobre el viejo reloj que solo podrá abrirse con una llave hecha de hueso humano.
Lewis inocentemente despertará a los muertos con la lectura del libro de Necromancias.
La historia no deja de ser una película de cine familiar con destellos de Harry Potter o Spiderwick y se echa en falta algo más de tensión en ella. Cosa difícil de explicar viniendo de las manos de un maestro del cine gore como Eli Roth.
Aún así tiene detalles para entretener y nos brinda escenas brillantes como el ataque de calabazas vivientes que vomitan de sus bocas un jugo viscoso y pegajoso que pone a los protagonistas en serios apuros.
Podemos destacar las actuaciones de Jack Black, aquí más comedido de lo habitual, y Cate Blanchett que es la que mejor parada sale. El jovencito actor Owen Vaccaro se le aprecian maneras y habrá que tenerlo en cuenta para sucesivos proyectos.