Un tema que no es la primera vez que se vislumbra en una película: La C mayúscula. Algo muy peliagudo de tratar. Con 50/50, la cosa les ha salido muy bien. A ver, no es una obra maestra ni lo pretende, pero es muy disfrutable, se hace muy ligera de ver. Basado, al parecer, en un caso real, en un hecho que le ocurrió al propio guionista del film, Will Reiser. Un caso extraño de cáncer. Dirigida por Jonathan Levine (ésta es la segunda película que veo de este director) que este año 2013 nos ha traído la más que notable Memorias de un zombie adolescente, retrata con pizcas de comedia y drama la vida de un joven de 27 años, de nombre Adam, que un buen día se entera de que tiene cáncer. Muy bien interpretado por Joseph Gordon-Levitt. No estará solo en el camino, ya que, además de su novia (la guapa Bryce Dallas Howard) le va acompañar su mejor amigo que es un cachondo, Seth Rogen. Para tratarse, aparte de la quimioterapia, se irá a ver a un terapeuta, que será una chica joven, Anna Kendrick, y con el tiempo entablarán buenas amistades. Para complicarlo aún más, se lo dice a su madre, la veterana Anjelica Huston, que su reacción es estar junto a él, aunque tenga sus problemas en casa.
La buena interpretación de todo el reparto consigue que te metas de lleno en el film, que te emociones, rías, se te caíga alguna lágrima, al menos en mi caso. Añadamos, las varias canciones que se pueden escuchar a lo largo de todo el metraje, cien minutos aproximados) y otro de los puntos muy positivos, la brillante partitura de un podríamos llamar maestro, sí un maestro, como es Michael Giacchino, y que acabará por poner la carne de gallina a más de uno cuando casa tan bien con todas las secuencias que vamos viendo.