Pues sí, tiene más presupuesto y las escenas de acción son más espectaculares, y sí, es menos divertida que la primera, y sí, copia el mismo esquema de aquella. McClane se encuentra fuera de la ciudad donde es policía, en esta ocasión Washington y deberá de nuevo salvar a su mujer, eliminando a los malos, que en esta ocasión son más numerosos y están mejor entrenados (son soldados americanos traicionando al país para salvar a un amigo dictador latinoamericano) Con dos cojones.
Por supuesto, de nuevo es Navidad, y de nuevo la policía es una incompetente. Pero ahí está Bruce Willis repartiendo hostias como panes. Ahora la acción se traslada a un aeropuerto y tiene escenas memorables, especialmente la última con la pelea en el ala del avión.

Lo peor, de nuevo, viene de la mano del exceso de duración, con subtramas de relleno como el del avión de su mujer dando vueltas en el cielo durante horas esperando permiso para aterrizar y la historia del periodista chuleta.
Lo mejor es que Bruce Willis está más metido en el personaje, y que la saga, consciente de haber perdido el efecto sorpresa, lo sustituye dando mayor espectacularidad a la acción.