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Voto de Señor Ambiguo:
8
7,5
79.293
Ciencia ficción. Romance. Drama
En un futuro cercano, Theodore, un hombre solitario a punto de divorciarse que trabaja en una empresa como escritor de cartas para terceras personas, compra un día un nuevo sistema operativo basado en el modelo de Inteligencia Artificial, diseñado para satisfacer todas las necesidades del usuario. Para su sorpresa, se crea una relación romántica entre él y Samantha, la voz femenina de ese sistema operativo. (FILMAFFINITY)
21 de enero de 2014
55 de 69 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como suele ser costumbre en mí, tiendo a escribir críticas acerca de películas demasiado ricas en conceptos e interpretaciones posibles como para abordarlas todas en un rato. Porque Her es una obra grande, muy grande. El tiempo que me ocupe esta crítica será mínimo comparado con el tiempo que dedicaré a analizar uno de los filmes más brillantes que he visto en años.
Para empezar he de dejar claro que soy un amante de la ciencia-ficción y el romance, de Arcade Fire y prácticamente todo el reparto. Spike Jonze es un mundo aparte, es con toda probabilidad mi director favorito. De todos modos, y antes de que esto empiece a parecer una carta de amor escrita por un fan, sólo hago esto para anunciar con alegría que lo sucedido con Her es lo más similar a un milagro para mí, como cinéfilo. Otra costumbre mía es obviar lo obvio (suena redundante, lo sé). Con esto me refiero al hecho de que existen ciertas películas que son aclamadas una y otra vez por las mismas razones, todas merecidas. Aclamamos la dirección, el guión, la banda sonora, las interpretaciones... y muchas veces nos olvidamos de adentrarnos un poco más allá del mero análisis. Es decir, ¿qué nos ha transmitido Her? ¿Hacia qué ideas nos ha conducido con su historia? Esto es lo que voy a hacer con mi crítica, como muchos otros, aportando mi granito de pensamientos para enriquecer aún más la ya gran obra que es.
Puede que en un futuro el título "Amor profético" resulte vergonzoso para mí. Sin embargo, teniendo en cuenta el momento en que vivimos, cómo lo vivimos, no me parece tan descabellado. La tecnología nos rodea con una insistencia desbordante tanto sea por motivos económicos, de ocio, de comunicación... en resumen, la tecnología (sobre todo la virtual) se está convirtiendo en una parte indispensable de nuestras vidas hasta tal punto que, como esta película, nos hace cuestionar hasta qué punto somos amos de ésta. En el intento de diseñar inteligencias que se adapten cada vez más a nuestros deseos, llegará un punto en el que pronto será difícil discernir entre vida y tecnología, humano y robot. Otros filmes mucho más sesudos pero menos sutiles ahondan con profundidad este tema, más cercano al cyberpunk. Sin embargo, Her ofrece por ¿primera vez? una visión más romántica del concepto tecnología-hombre. En este caso, la relación entre un ordenador y Theodore, el solitario protagonista.
Sigo en el spoiler por falta de espacio y algún que otro spoiler.
Para empezar he de dejar claro que soy un amante de la ciencia-ficción y el romance, de Arcade Fire y prácticamente todo el reparto. Spike Jonze es un mundo aparte, es con toda probabilidad mi director favorito. De todos modos, y antes de que esto empiece a parecer una carta de amor escrita por un fan, sólo hago esto para anunciar con alegría que lo sucedido con Her es lo más similar a un milagro para mí, como cinéfilo. Otra costumbre mía es obviar lo obvio (suena redundante, lo sé). Con esto me refiero al hecho de que existen ciertas películas que son aclamadas una y otra vez por las mismas razones, todas merecidas. Aclamamos la dirección, el guión, la banda sonora, las interpretaciones... y muchas veces nos olvidamos de adentrarnos un poco más allá del mero análisis. Es decir, ¿qué nos ha transmitido Her? ¿Hacia qué ideas nos ha conducido con su historia? Esto es lo que voy a hacer con mi crítica, como muchos otros, aportando mi granito de pensamientos para enriquecer aún más la ya gran obra que es.
Puede que en un futuro el título "Amor profético" resulte vergonzoso para mí. Sin embargo, teniendo en cuenta el momento en que vivimos, cómo lo vivimos, no me parece tan descabellado. La tecnología nos rodea con una insistencia desbordante tanto sea por motivos económicos, de ocio, de comunicación... en resumen, la tecnología (sobre todo la virtual) se está convirtiendo en una parte indispensable de nuestras vidas hasta tal punto que, como esta película, nos hace cuestionar hasta qué punto somos amos de ésta. En el intento de diseñar inteligencias que se adapten cada vez más a nuestros deseos, llegará un punto en el que pronto será difícil discernir entre vida y tecnología, humano y robot. Otros filmes mucho más sesudos pero menos sutiles ahondan con profundidad este tema, más cercano al cyberpunk. Sin embargo, Her ofrece por ¿primera vez? una visión más romántica del concepto tecnología-hombre. En este caso, la relación entre un ordenador y Theodore, el solitario protagonista.
Sigo en el spoiler por falta de espacio y algún que otro spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La sociedad planteada por Jonze se plantea en un futuro más inmediato de lo que muchos podrían pensar. Permitamos el paso de una década en nuestras vidas y ya veremos. La idea de que empiece a ser común la relación entre humanos y robots no parece tan descabellada. Esto, a simple vista, potencia la soledad entre las personas, como puede verse reflejado en la vida del protagonista, (los de su misma especie). Un momento, ¿acabo de catalogar a los robots como una especie? ¿Es que la vida no es exclusiva para...? Otro momento, ¿qué es vida? ¿Qué es amor? ¿No somos nosotros los únicos seres del planeta que son capaces de llegar a los más avanzados estados de estos conceptos que tan misteriosos nos resultan? Esto me conduce a Samantha, uno de los mejores personajes que he escuchado.
Este sistema operativo empieza su existencia bajo las reglas de una incontable cantidad de programas que la hacen ser lo que es, eso sí, con la maravillosa capacidad de evolucionar. Esto es, almacenar más datos (experiencias). Cada decisión que tome por sí misma (recordemos que es una conciencia) le afectará a la próxima, y a su propia personalidad. Sí, personalidad. ¿Acaso lo que Samantha nos describe acerca de sí misma no es increíblemente similar a lo que representa ser humano? Al igual que nosotros, ella también busca a través de Theodore, algo así como su humilde maestro en el campo de la existencia. Al igual que nosotros, aquello que la guía no reside en ningún lugar de la materia. La energía que la impulsa a ser lo que es resulta invisible, indescifrable. Justamente como todo ser humano, también se hace preguntas, tiene dudas sobre su ser, y eso la conduce a un intenso e iluminador recorrido de experiencias que la harán crecer como conciencia. Samantha desea, ante todo, y como todo ser humano, SENTIR. Sentir que posee sentido, una vida, una identidad, un deseo, que es real, que existe. Theodore busca exactamente lo mismo a través de ella. Y ambos comparten ese ideal donde la idea de realidad se diluye y solamente resta lo esencial: aquello que no existe, sólo se siente.
Finalmente, sucede algo increíble en la película. Samantha entabla relación con otros sistemas operativos. Se ha convertido en un ser superior en capacidades a Theodore. Junto con sus compañeros, ha fundado una nueva especie que trasciende lo que somos. Nuestro protagonista se siente despedazado ante esa idea y regresa al lugar que le corresponde, a su realidad. Her es un verdadero poema romántico porque es, en cierto modo, imposible. Definitivamente es Amy, otro humano perdido consigo mismo, el que conecte con Theodore. Ambos se sientan, muy apretados, contemplando el bullicio nocturno y caótico de la ciudad, aceptándose tal y como son, compañeros en la vida misteriosa e inestable que se halla ante ellos, pero permanente.
Este sistema operativo empieza su existencia bajo las reglas de una incontable cantidad de programas que la hacen ser lo que es, eso sí, con la maravillosa capacidad de evolucionar. Esto es, almacenar más datos (experiencias). Cada decisión que tome por sí misma (recordemos que es una conciencia) le afectará a la próxima, y a su propia personalidad. Sí, personalidad. ¿Acaso lo que Samantha nos describe acerca de sí misma no es increíblemente similar a lo que representa ser humano? Al igual que nosotros, ella también busca a través de Theodore, algo así como su humilde maestro en el campo de la existencia. Al igual que nosotros, aquello que la guía no reside en ningún lugar de la materia. La energía que la impulsa a ser lo que es resulta invisible, indescifrable. Justamente como todo ser humano, también se hace preguntas, tiene dudas sobre su ser, y eso la conduce a un intenso e iluminador recorrido de experiencias que la harán crecer como conciencia. Samantha desea, ante todo, y como todo ser humano, SENTIR. Sentir que posee sentido, una vida, una identidad, un deseo, que es real, que existe. Theodore busca exactamente lo mismo a través de ella. Y ambos comparten ese ideal donde la idea de realidad se diluye y solamente resta lo esencial: aquello que no existe, sólo se siente.
Finalmente, sucede algo increíble en la película. Samantha entabla relación con otros sistemas operativos. Se ha convertido en un ser superior en capacidades a Theodore. Junto con sus compañeros, ha fundado una nueva especie que trasciende lo que somos. Nuestro protagonista se siente despedazado ante esa idea y regresa al lugar que le corresponde, a su realidad. Her es un verdadero poema romántico porque es, en cierto modo, imposible. Definitivamente es Amy, otro humano perdido consigo mismo, el que conecte con Theodore. Ambos se sientan, muy apretados, contemplando el bullicio nocturno y caótico de la ciudad, aceptándose tal y como son, compañeros en la vida misteriosa e inestable que se halla ante ellos, pero permanente.