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Voto de antonalva:
8
Drama Nathalie (Isabelle Huppert) es una profesora de filosofía que da clases en un instituto de París. Su trabajo le entusiasma y reparte su tiempo entre sus alumnos y su familia, con sus hijos ya mayores y su madre algo senil. Un día su marido le informa de que se va a ir con otra mujer. Ese será solo el primero de una serie de grandes cambios que obligarán a Nathalie a reinventar su vida de un día para otro. (FILMAFFINITY)
1 de octubre de 2016
47 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿En qué consiste la felicidad? Sabemos que no podemos predecir el mañana y que la vida da demasiadas vueltas como para ser previsible o, ni tan siquiera, imaginable y, sin embargo, tenemos la falaz certeza de estar controlando nuestro destino, creyendo que no hay nada que se interponga en nuestro veleidoso camino y que pueda desbaratar, sin más, los pilares de nuestra existencia. Nos creemos dueños de nuestra suerte sin darnos cuenta que somos y seremos zarandeados sin piedad por cualquier episodio, por nimio o improbable que sea, por inverosímil o ajeno que nos parezca.

Nuestra ventura es una arbitraria rueda de la fortuna, un amargo juego de azar que nos toca enfrentar indefensos y abatidos. Y nuestra biografía es la aleatoria suma de los días que transitamos pletóricos de inocencia y rutina, al implacable albur de designios que escapan a nuestra voluntad. La caprichosa incertidumbre señorea indiferente y nos arrastra sin remordimientos ni compasión. Nos creemos omniscientes cuando apenas somos una vana anécdota, una mera anotación a pie de página de un libro cuya trama desconocemos y cuya lectura nos deparará un sinfín de veleidades desdeñosas.

Esta prodigiosa película cala hondo. La cotidianeidad va tejiendo un laberíntico tapiz del cual es imposible escapar. Con elementos en apariencia mínimos – pero que albergan la riqueza alambicada de toda nuestra historia – la cineasta francesa Mia Hansen-Løve elabora un mosaico duro y contundente que deviene en una experiencia agridulce, inolvidable y portentosa, todo ello condensado en apenas cien minutos que transitan todos los claroscuros del ser. Con inapelable sensibilidad, un férreo guión bien urdido y algunas canciones tan atinadas como etéreas, nos permite presenciar el agostamiento de una profesora de filosofía, toda intelecto, constancia y empeño, pero que se enfrenta a las retadoras grietas que se van abriendo, paso a paso, bajo sus pies, como súbitas arenas movedizas que lo engullen todo.

Además cuenta con la magnética presencia de Isabelle Huppert, una asombrosa actriz que se supera en cada personaje que encarna. Nos ofrece – con exquisita elegancia y loable ausencia de énfasis – el equilibrio exacto entre tesón y fragilidad, entre dicha y abatimiento, entre resistencia y mansedumbre, entre fuerza e impotencia. Ella ilumina con su actuación todo el metraje e irradia una claridad diáfana y dolorosa que la vuelve inolvidable.

Buen cine que se renueva y renace a cada recodo del trayecto. Tras su aparente modosidad intrascendente se esconde agazapada una de las mejores y más atinadas reflexiones sobre el impotente devenir humano. Tan recomendable como perturbadora.
antonalva
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