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Voto de antonalva:
7
Ciencia ficción. Acción Tras la aparición del devastador "virus de los simios" desarrollado en un laboratorio y que casi acabó con los humanos, un grupo de simios muy evolucionados, capitaneados por César, se han convertido en la raza dominante del planeta. La única amenaza para su desarrollo la representa un grupo de seres humanos que han sobrevivido al virus, al que ahora son inmunes. Los hombres necesitan la energía de una presa cerca del asentamiento de lo ... [+]
26 de julio de 2014
63 de 72 usuarios han encontrado esta crítica útil
La violencia es simple; la alternativa a la violencia es compleja. Esta cinta de ciencia ficción es una alegoría sobre el presente, una reflexión sobre la dificultad de vivir en paz y la semilla ponzoñosa del odio y sus múltiples ramificaciones: el exceso, la venganza, la crueldad, el ensañamiento, el atropello, la tiranía. Es una desasosegante advertencia de los mesianismos resentidos que envenenan las relaciones sociales y conllevan el abuso de poder y las tropelías más sañudas e irreflexivas. Ante nuestros ojos vemos el retrato de nuestra propia historia milenaria, siempre con diferentes protagonistas pero siempre con el mismo argumento: yo tengo razón y tú no. Y como yo tengo razón, te puedo matar sin tan siquiera pestañear, porque así lo proclamo yo.

Esta fábula se reviste con la coartada de ser un mero entretenimiento, una costosa producción veraniega destinada al consumo masivo – y, sin embargo, consigue colar con acerada rotundidad un alegato contra el culto a la violencia y la adoración supersticiosa al poderío de las armas como única garantía para la supervivencia. Sin dejar en ningún momento de ser una lograda película de aventuras, dificultades y amenazas, consigue además ofrecer un subtexto tornasolado y sugerente sobre la obsesión por resolver a balazos lo que quizás deberíamos encarar con más sosiego y reposo, buscando los puntos en común y no resaltando las (supuestas) diferencias. Todo ello muy bien engarzado en una urdimbre trepidante y con la indeleble creación del simio César, virtuosa encarnación del líder juicioso y prudente.

Quizás el mensaje – porque tiene mensaje – habría logrado mejor su propósito, si los personajes humanos no fueran tan sosos y carentes de enjundia e interés, siempre a remolque de los acontecimientos y mucho menos interesantes que los simios, mejor trazados y más estimulantes en su retorcida vesania o diáfana bondad. Ni siquiera un actor tan competente y experimentado como Gary Oldman consigue elevar a su líder militarista del mero esbozo tópico y trillado, perdiendo intensidad el conjunto, al carecer de unas motivaciones más allá de lo adocenado y necio. Falta el necesario contrapunto dramático para que nos arrastre la trama más allá del puro pasatiempo.

Pero el conjunto es satisfactorio, porque nos permite disfrutar del espectáculo a la vez que nos ofrece un relato sugerente y pertinaz que va más allá de la superproducción al uso. Y nos deja un regusto amargo por lo que quizás se nos avecina…
antonalva
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