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Voto de antonalva:
7
Thriller. Intriga. Terror. Ciencia ficción Una joven sufre un accidente de coche. Cuando despierta se encuentra encerrada en una celda bajo tierra, secuestrada por un hombre extraño (John Goodman) que dice haberla salvado del día del juicio final. El excéntrico captor asegura que el exterior es inhabitable por culpa de un terrible ataque químico, algo que no sabe si creer. Es así como comienza su pesadilla, en una espiral de desconocimiento. La mente del criminal es ... [+]
19 de marzo de 2016
46 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Cómo fiarnos de lo que nos dicen? ¿Cómo relacionarnos con los desconocidos cuando la situación es extrema y nos falta información? ¿O quizás convenga imaginar que hay gato encerrado y nos están engañando por algún motivo desconocido? Esta es la premisa de esta desasosegante cinta de tensión, fantasía suspense y horror que cabalga con éxito entre varios géneros y alternativas hasta decantarse al final por lo más extraño y bizarro… La duda lo corroe y socava todo: la confianza, la seguridad, las relaciones y la vida. Cuando estás en un callejón sin salida desconfías y cuestionas la sinceridad e intenciones de los demás, te ves sin recursos y con ganas de salir del atolladero y comprobar por ti mismo los hechos.

Con mínimos elementos – bien servidos por una inquietante banda sonora que presagia siempre lo peor – se construye una pieza de cámara repleta de recovecos, titubeos, sustos y lucha por la supervivencia. Todo podría ser lo que parece y, sin embargo, también podría ser su opuesto, depende de la cantidad de datos de los que dispongamos, cómo atemos los cabos sueltos y nuestra credulidad o cautela. Estar a merced de alguien que no conoces predispone a estar a la defensiva. Sobre todo cuando se apropia del liderazgo y te somete a su voluntad, criterio y visión del mundo. No nos gusta que nos manden sin habérselo ganado, sin posibilidad de oposición ni divergencia, sin poder formarnos nosotros mismos nuestra opinión.

El sólido guión se mueve con precisión milimétrica entre la locura y la falta de certezas. Bastan tres personajes – simples pero bien definidos – para crear un microcosmos tóxico y asfixiante que siembra un mal cuerpo indeleble en el espectador. Juega, retuerce y subvierte algunos elementos típicos de la guerra fría que parecían olvidados o se habían diluido por el terrorismo internacional de las últimas décadas y la caída de los dos bloques tradicionales. Y también recoge elementos sobre el temor a un apocalipsis químico o bacteriológico que anida en ciertas mentes fatalistas o enajenadas de la Norteamérica profunda. Como si de un drama carcelario se tratase, tenemos a un guardián en apariencia bondadoso pero podría ser la encarnación de la chaladura paranoica, y también tenemos a dos reclusos díscolos que se alían para salir del trance laberíntico al que se enfrentan.

La buena interpretación de John Goodman saca partido del rompecabezas de la situación y su calculada ambigüedad produce repelús y nos alarma. Quizás el desenlace pudiera parecer tramposo, pero resulta eficaz en este caos de la incertidumbre. Cine comercial pero muy satisfactorio. E intranquilizante.
antonalva
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