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Voto de Quatermain80:
7
Drama Después de solicitar la anulación de las eleciones italianas del 6 de abril de 1924, porque los fascistas, además de usar la violencia, habían incurrido en todo tipo de irregularidades, el socialista Giacomo Matteotti fue asesinado. El caos político y social que sigue al delito obliga a Mussolini a arrestar a algunos de los responsables y a asumir las responsabilidades políticas, morales e históricas de lo sucedido. (FILMAFFINITY)
6 de junio de 2012
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Notable e interesante película acerca del ascenso del fascismo en Italia, "El caso Matteotti" reconstruye acertadamente un hecho histórico que suspuso un giro decisivo en la dinámica política italiana.

Ambientada en 1924, con Mussolini ya en el poder -y justo después de haber vencido en unas elecciones marcadas por la intimidación y la violencia-, la película comienza con la denuncia parlamentaria del diputado socialista Matteotti (plasmada en el tramo inicial del filme, captando eficazmente el ambiente crispado del parlamento), quien poco después será asesinado por milicias fascistas; el resto del argumento multiplica los puntos de vista, mostrando las reacciones de los fascistas, los diversos partidos de la oposición, la Iglesia, los periodistas, los empresarios y el rey, al tiempo que aborda las acciones judiciales. Esta multiplicidad de perspectivas enriquece considerablemente la película, permitiéndonos comprender mejor las situaciones particulares de los sectores o instituciones mencionadas, destacando especialmente la habilidad manipuladora y táctica de Mussolini, que aprovechará un acontecimiento que en principio le era adverso para lograr su objetivo político (el desmontaje del Estado Liberal en favor de un Estado totalitario, que se desarrollará a partir 1925).

Es de agradecer que, siendo un filme claramente político, en todo momento evita caer en la caricatura o el maniqueísmo excesivo, adoptando un tono analítico y huyendo del dramatismo fácil, circunstancia que aunque pueda aportar una aparente frialdad, permite en cambio construir una reflexión más rigurosa y útil para el espectador. A ello contribuye un espléndido guión, tan rico en matices y variantes como los personajes que le dan vida, si bien exige un alto nivel de atención si se quiere apreciar plenamente. Los intérpretes hacen una fantástica labor, destacando De Sica en su papel de juez instructor (tal vez uno de los personajes más "amables" de la película), Cucciola como Gramsci, y sobre todo Mario Adorf, que compone un soberbio Mussolini, recreando su característica gestualidad y poderosa oratoria, evitando incurrir en excesos o sobreactuaciones.

Con una perfecta ambientación de los años veinte, tanto en la dirección artística como en el vestuario, la película destaca también por las razones que animaron a su realizador a filmarla; estrenada en 1973, en una época marcada por la tensión política y los atentados extremistas, Vancini creía oportuno ilustrar de qué modo el fascismo llegó a triunfar en Italia, y cómo supo aprovechar un personaje como Mussolini (de enorme habilidad política y nulos escrúpulos) una situación caótica en su propio beneficio.
Quatermain80
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