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Voto de Quatermain80:
2
Acción El ex boina verde John Rambo (Stallone) lleva una solitaria y apacible vida en la jungla del norte de Tailandia, pescando y cazando cobras para venderlas. Todo cambia cuando un grupo de misioneros católicos le proponen que les sirva de guía hasta la frontera con Birmania para suministrar medicinas y alimentos a los refugiados asediados por el ejército birmano, que ha hecho de la tortura y el asesinato una práctica habitual. En estas ... [+]
27 de mayo de 2010
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Debo confesar que de vez en cuando siento en mi interior la imperiosa necesidad de abrir un paréntesis intelectual y de entregarme completamente a las emociones más primarias y simples que, como todo mortal, albergo. Es algo parecido a una purga cinematográfica, un tratamiento de choque que tiene la virtud de entretenerme y de reafirmarme en mis inclinaciones, bastante alejadas de lo que aquí me ofrece Stallone. No obstante, debo reconocerle sus virtudes terapéuticas; nada como sus películas de la serie Rambo para sumergirme en un mundo maniqueo en el que la ley es impuesta por las balas y el culto al esteroide.

Amigos, tras su paso por Afganistán, en el que era aliado de Bin Laden y sus colegas, el bueno de Rambo se ha retirado a las selvas thailandesas, donde desarrolla una apacible vida dedicado a la caza de ofidios (sí, de veras). Pero resulta que a unos misioneros estadounidenses pirados no se les ocurre idea mejor para ponerse a bien con el señor que irse a realizar labores humanitarias a unas regiones fronterizas remotas en las que sus habitantes son masacrados sistemáticamente por un militar birmano malísimo, que como todos los malos orientales es bajito pero grita mucho. Total, que a los misioneros los capturan, y ya tenemos a Rambo subiéndose por las paredes, pues como todos sabemos es incapaz de reprimir la llamada de lo salvaje cada vez que se pone delante de un grupo de orientales armados.

Hay que señalar que a estas alturas la edad ha hecho mella en el bueno de Rambo, que tiene la cara hinchada, mofletuda, y ya no luce como antaño su hercúleo torso, aquí prudentemente oculto bajo una camiseta oscura; pero a la hora de liquidar gente, y sobre todo orientales, mantiene una forma envidiable, así como una coherencia irreprochable.

Finalizada la película constato alegremente que se han cumplido los objetivos de Rambo y también los míos; esta purga siempre me funciona, permitiéndome volver con ánimos renovados a mis gustos cinematográficos usuales.
Continúa en spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Quatermain80
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