Tengo en mente comentar sobre más películas, pero, incluso para sorpresa mía, tu Charlize; tu y tu serena mirada, han impulsado que esta sea la primera y te hayas colado discretamente. Y me gusta y me alegro por ello.
Mi criterio para visionar una película, se basa en primera instancia en su director, quien utiliza a sus personajes como pinceles para decorar su "cuadro". Ahora me vienen en mente dos de los grandes del cine, Visconti y Kurosawa. En próxima ocasión me gustaría comentar sobre Béla Tarr. Sus personajes los dibujan con mano maestra y si añadimos una ambientación y un decorado estudiados hasta lo impensable, nos encontramos que saben plasmar cuadros sobre cuadros, obteniendo que cada fotograma es puro arte. Pues bien, en el caso que nos ocupa, uno de sus protagonistas, hace que te olvides que es solo un pincel y su fuerza y magnetismo logren convertirse en el propio cuadro y eclipsar al mismo director.
Referente a Noviembre dulce, quizás el guión es difícil de aceptar. No por el hecho de que la protagonista (Charlize Theron), dadas sus actuales circunstancias, quiera vivir, según un plan marcado, de forma intensa y despreocupada. Pero si que una chica atractiva, cariñosa, culta y lista fije su atención, en su mes de noviembre particular, en un compañero de viaje (Keanu Reeves) díscolo, egoísta, y absorto enteramente en su actividad profesional. Quizás se podría interpretar como un reto personal. Aun así difícil de asimilar.
Keanu Reeves, acartonado en buena parte de la cinta, no merece mayores comentarios. Posiblemente en Luna sin miel, junto con Cameron Díaz, sale más airoso.
El motivo que me ha impulsado a comentar sobre la revisión de este título, no es para hablar sobre la película. Soy consciente de mi puntuación generosa. Pero la protagonista, se merece más. Ella es la estrella y el resto satélites. A excepción de un Jason Isaacs auténtico en su papel secundario.
Y ahí dejo mi opinión por si puedo orientar en algo.
En definitiva, si te gusta Charlize Theron, aquí la verás hermosamente hermosa. Y se agradece la cámara que ha sabido captar su belleza, su juventud, su alegría, su vitalidad y también su dolor.
Para concluir, no es nada arriesgado asegurar que este Noviembre sería mucho menos Dulce sin ella.