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España España · palma
Voto de m m:
5
Drama En la década de los 90, la música electrónica se desarrolla a gran velocidad. En la excitante vida nocturna parisina, el joven Paul da sus primeros pasos como DJ. (FILMAFFINITY)
19 de septiembre de 2015
5 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
De verdad que lo he intentado y he hecho un esfuerzo. Mi música es la de los 70 y la de los 80 hasta finales y andaba en la creencia de que por englobar dos décadas era más rica y variada. Pero es que en el film se abarca desde mediados de los noventa hasta antes del estallido de la crisis actual, esto es, el año 2008 y eso también es un período lo suficientemente amplio como para que se den como mínimo media docena de olas musicales. El problema del argumento de la película es la pobreza de los géneros musicales que abarca. Mucho pachum pachum, ordenador y poca cosa más. Pocos músicos, pocos artistas. Mucha fiesta, mucha coca y poca cosa más

A mi me ha dado por pensar que el secreto de todo esto esta en el hecho de que antes de la era de la digitalización apenas se podía hacer música sin un mínimo de cultura musical. Se podía ser un marginal pero se tenía que saber tocar algún instrumento, las melodías se confeccionaban de forma coral y se necesitaba estar en grupo para poder tirar adelante. En la era digital las máquinas simplifican mucho las cosas, individualiza la tarea y al ponerlo más fácil la obra se trivializa, no se dedica trabajo ni se investiga... El panorama musical se ha empobrecido Para colmo de males la proliferación de los sistemas de intercambio de ficheros per2per ha sido un torpedo en la línea de flotación de toda la industria discográfica, catástrofe más que merecida porque en el fondo los artistas son unos pobres diablos a los que el nadar o no en la abundancia les trae muy al pairo. En cambio se movían auténticas fortunas alrededor de ellos y no me creo que el fin de todo esto fuera muy lícito.

La música es necesaria y es cultura.. Pero el papel que desempeñaba como seña de identidad generacional era un fraude. Los artistas nadaban en oro pero eran inmensamente desgraciados. Títeres de las industria del entretenimiento eran sin querer ídolos de masas cuando en verdad apenas podían consigo mismos. Todo falso. Y es por lo que me alegro que a los directivos de las grandes compañías se les haya caído el castillo de naipes.

Y el talento no desaparece. Basta con dar una vuelta por la ciudad para encontrar músicos callejeros que son una auténtica delicia, o investigar en youtube para encontrar un tesoro de obras muy variado. Creatividad y comunicación entre las gentes. Ese es el secreto. Porque el pachum pachum y el colocón son lo que son y no otra cosa.

Es una película pasable accidentalmente. No creo que su intención fuera poner en evidencia la transformación de la industria musical. Iba más en el sentido de dejar constancia de la fusión y conexión musical entre Francia y el mundo anglosajón.

Otro de los efectos colaterales del avance de nuestros tiempos es que la iniciativa a la hora de buscar géneros musicales y obras viene de la mano directamente del consumidor. No necesita apenas un soporte físico y tiene un espectro inmenso en la red en donde elegir. La relación generacional con la música de cada momento se diluye porque existe más libertad de elección. Quizás la película lo que refleja realmente son los últimos coletazos de ese fenómeno a extinguir.

Ando buscando la anunciada historia de crecimiento del protagonista. Para mi no es más que una pormenorización de la decadencia de quien no sabe valorar en su justa medida las oportunidades que la vida le ha dado. Van apareciendo muchas señales de alerta y él hace caso omiso. Su historia termina cuando lo hacen los medios de los que dispone su familia. No cash no party. Lo veo muy poco digno de mención.
m m
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