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España España · palma
Voto de m m:
6
Drama. Romance. Ciencia ficción Ian Gray, un estudiante de biología molecular especializado en la evolución del ojo humano, conoce a una misteriosa mujer cuyo iris es multicolor. Años después, su investigación lo lleva a hacer un descubrimiento asombroso, que podría cambiar la forma en que percibimos nuestra existencia. (FILMAFFINITY)
6 de diciembre de 2014
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película en su primera mitad es un agobio y un poco decepcionante porque utiliza demasiados recursos para fijar el argumento y poner al espectador en situación. Ademas pone en evidencia las carencias interpretativas de Astrid Bergès-Frisbey,. Pareciera como si a fuerza de insistir una y otra vez en la imagen de la juventud se pudiera desprender talento o algún valor añadido que yo sigo sin encontrar. Ya me sucedió en la película Coherence. Descasar sobre las hombros de una sóla persona el peso de tanto tiempo en pantalla con la excusa de la juventud o de determinado canon de belleza a día de hoy, con tanto photoshop y posibilidades gráficas cansa mucho.y es un abuso de la paciencia del espectador. No es sostenible

En la segunda mitad se alcanza un buen ritmo y de verdad que es desproporcionado porque se pasa en un suspirto y con alegría, dejando atrás lo soporífero de la primera mitad.

El argumento gira en torno a la teoría de la evolución de darwin y la conocida cita de Séneca de que "Los ojos son el reflejo del alma".

Se califica dentro del género de ciencia ficción pero yo creo que no se puede englobar bien dentro. No existe ningún despliegue técnico que lo justifique ni efectos especiales para entretener a la audiencia. Es ficción científica a lo sumo

Como especie hegemónica que somos realmente nos hemos acomodado, nos hemos vuelto soberbios y se nos olvida con facilidad que todo lo que conocemos y somos lo es por estar dentro de una atmósfera, una especie de burbuja invernadero gigante constituido gracias a la fuerza gravitatoria del planeta en el que estamos y que tiene un satélite, el lunar, que también contribuye a conformar la realidad en la que vivimos.

Tocando de pies a tierra hemos sufrido miles de millones de mutaciones para terminar quedándonos con los oficialmente reconocidos cinco sentidos gracias a los cuales nos podemos orientar, manejar, relacionarnos y sobrevivir.

Pero el que nosotros percibamos o dejemos de percibir lo que sea no es sinónimo de su existencia o no. A estas alturas de investigación científica creo que esto nos tendría que haber quedado ya suficientemente claro.

Y el que nos encontremos en este estadio tan placentero de nuestra evolución no significa que hayamos llegado a término de nada.
Solamente en nuestra limitada burbuja en la que estamos esclavos existe la posibilidad de desarrollar muchísimos más sentidos humanos y no humanos de los que conocemos y nos vemos en la necesidad de utilizar.
Siguen descubriéndose cosas que están latentes y que en un momento dado pueden formar parte importante en nosotros. O no.


En la búsqueda de la espiritualidad para poder sobrellevar el ser conscientes de todo esto la verdad es que la religión ha llevado la peor parte. Su utilización para el ejercicio del poder ha convertido la fe de la gente en fundamentalismos que hacen daño al género humano y es por eso que en nuestros días tiene muy mala prensa. La gente identifica la religión como manipulación, atraso, violación de los derechos que defiende la sociedad civil etc…

Pero una cosa es estar indignadamente esquizoides por culpa de cuatro sinvergüenzas que pretenden manejar a los demás y otra muy distinta es ser tontos o estúpidos La certeza de que existe y de que hay más de lo que podemos controlar la tenemos y nos nos queda más remedio que conciliarnos con ello. Unos lo harán a buenas, otros lo harán a malas pero es lo que hay
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