El enemigo de las rubias de Alfred Hitchcock es un thriller de cine mudo basado en los asesinatos de Jack el destripador. Dirigida con un ritmo ligero y con un estilo muy gesticular típico del cine mudo pero con tintes característicos del director en su futuro y preciado suspense, es una obra admirable para un joven cineasta que por entonces tenía poca experiencia en la dirección y que sin embargo inquieta con una trama cuyo título curiosamente le va como anillo al dedo. Realizada de manera eficiente tiene un resultado cumplidor que gustará a los seguidores del género.
La fotografía en blanco y negro tiene imágenes oscuras en un humilde trabajo que es evocador por estar repleto de detalles que son estéticamente recónditos. La música, aún siendo una película muda acompaña el film con unos sonidos clásicos que añaden inquietud e intriga al film. Los planos y movimientos de cámara cumplen con un sobrio pero certero trabajo técnico mediante el uso de los primeros y primerísimos planos, subjetivos, detalles y reconocimiento que sacan lo mejor de la trama.
Las actuaciones son apropiadas y completan todos una gran representación. Cuenta con las buenas interpretaciones de Ivor Novello, Marie Ault, Arthur Chesney, June y Malcolm Keen en las que destaca unas grandes expresiones faciales típicas del más puro cine mudo. La dirección artística emplea para estos unos vestuarios y caracterizaciones distinguidos y humildes según el personaje que marcan con ello las diferentes clases sociales en una labor que junto con unos decorados sugestivos te transportan in situ.
El guion, escrito por el director junto con Eliot Stannard y basado en la novela de Belloc-Lowndes, es implacable en una tarea penetrante para el público que observa las similitudes que tiene el film con los famosos asesinatos de Jack el destripador, añadiendo además los habituales toques de intriga e insidias para un trabaja de lo más turbadora e inquietante, siendo considerado por ello el primer film Hitchconiano. Esto se lleva a cabo con una narrativa escrita que es clásica y educada y en cuanto a la parte visual es bastante expresiva en los excesivos gestos para dar al entender al público los pensamientos y acciones de los protagonistas.
Para finalizar, la considero una obra inolvidable e insustituible del singular director de cine mudo que deja constancia la clara idea que tenía sobre su trabajo cinematográfico posterior a realizar y que, aunque no sea de los mejores del director, es merecedora de elogio por los incondicionales de Hitchcock, los cuales sabrán apreciar su gran valor y prometedor comienzo en la industria del cine. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, fotografía, planos y vestuarios que convierten a El enemigo de las rubias, en un film mudo pero notable para un cineasta cuya música y sonidos son prácticamente imprescindibles para provocar el suspense en el espectador.