Apestoso truñaco que, pese a su corta duración (demos gracias al Señor por su divina intervención), consiguió marcarme para el resto de mi vida con su puta canción de entrada.
Supuestamente, se trata de representar las vidas de un grupo de adolescentes que se dedican a cantar, bailar, matar y esas cosas típicas que hacen los adolescentes. Ya cuando veía los anuncios me decía: Qué mierda es esta?? Ya vuelven a bombardearnos con más bazofia cuando aún no me he recuperado del trauma de Física o Química?? Le doy dos semanas, nada más!!
Pues casi, casi. Poco más duró, sólo se hicieron 22 capítulos (de sobra, vaya).
La historia es muy simplona y deriva hacia derroteros que a todos nos suenan: Unos chicos, todos de 17 años, están a punto de cumplir los 18 y se enfrentan a la típica crisis de la edad que a todos nos ha dado alguna vez: que si ahora me pueden meter en la cárcel, que si me puedo sacar el carné del coche, que si ya tengo edad para fo****... Bueno, no hace falta que siga, todos me habéis entendido.
La verdad es que a mí me parecía una mezcla entre FoQ y UPA, sólo que con menos chicha todavía. Ninguno de los personajes llega a inspirar un mínimo de interés, pues son meros estereotipos que no se corresponden con la realidad. Esto no me sorprende, estoy más que acostumbrada a que en las series se hagan los extremos opuestos: que se represente a personajes que no tienen nada que ver con lo auténtico o que los exageren hasta tal punto que se hacen irreales y patéticos.

Nada, más basura para engordar la papelera. Por fortuna, no será recordada dentro de 20 años más que por aquellos desgraciados que, como yo, tuvimos que sufrirla en su momento.