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Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
8
Drama. Intriga En 1913, en vísperas de la Gran Guerra (1914-1918), extraños acontecimientos, que poco a poco toman carácter de castigo ritual, se dan cita en un pequeño pueblo protestante del norte de Alemania. Los niños y adolescentes del coro del colegio y de la iglesia dirigido por el maestro, sus familias, el barón, el encargado, el médico, la comadrona, y los granjeros conforman una historia que reflexiona sobre los orígenes del nazismo en ... [+]
9 de agosto de 2010
23 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Michael Haneke parece apartado de modas y sigue siendo fiel a su propio estilo independientemente de las coordenadas. “La cinta blanca” ha sido definida desde «el huevo de la serpiente», la «incubación», «origen» o «germen del fascismo». Se ha exaltado la memorable fotografía de Christian Berger, habitual del director austriaco, que lo sitúan en el planeta Bergman y el tratado digital. La elección del blanco y negro, como el formato que ha llegado a nuestros días, desde finales del XIX y principios de XX supone una nueva no-contradicción. Y esa concisión y reiteración en los elementos: siempre preguntas y pocas respuestas. Las respuestas las debe buscar el propio espectador sino que no tienen que ser reveladas.

Uno puede recordar cuál es la secuencia que más se acerca a la esencia del relato de Haneke. Se nos ha dicho desde innumerables medios y opiniones que “La cinta blanca” retrata los orígenes del fascismo… pero al diseccionarla se espera encontrar esa pista definitiva que defina el génesis del relato. Podría ser el accidente con el caballo que tiene médico, la confesión de infidelidad y crítica de ese mundo de envidia y resentimiento de la baronesa al barón, el pájaro y el hijo pequeño del pastor, el equilibrismo y confesión del hijo mayor del pastor al maestro, el odio que guarda y escupe vilmente el doctor a la comadrona y la replica de ésta o la conversación sobre la muerte entre los hijos del médico.

Yo me quedaría con ese paseo en carro del maestro y Eva, uno de los pocos personajes con nombre del cuento. Ella teme por su honor y enseguida el doctor le desvela sus nobles intenciones mientras dan la vuelta. Confianza. El génesis es la confianza en otro ser humano. Podría ser el resumen de esa secuencia y nudo y desenlace de todo el terrible cuento que nos narra Haneke. En un mundo sin confianza es normal que las normas aparezcan, que aflore el odio y resentimiento.
Los planteamientos de Haneke pasan por la inculcación valores absolutos a unos niños y cómo estos lo asimilan en su forma de vida. No es que sea una película sobre el fascismo según Haneke sino sobre el ‘ideal pervertido’.

La violencia en off, en fuera de campo. Está allí pero no la vemos. Somos, simplemente, burgueses que ven como mucho pasar los cadáveres por el río y nos escandalizamos pese que esos cuerpos gélidos no tienen nombre ni cara, son simplemente como troncos que bajan gracias a la corriente.
Pero ese salto y digresión se traslada a nuestros días en tiempos de crisis y de poca retórica, de grandes confabulaciones del mercado internacional. Los niños han crecido y el mundo se asoció para acabar con el nazismo pero el germen se expandió adaptándose al medio. La absoluta verdad que nos han impuesto es que el mundo sigue y continúa en constante movimiento pero posiblemente se encuentre parado desde hace más de un siglo y atado, irónicamente, a una cinta blanca.
Maldito Bastardo
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