El cadáver de la princesa espera pacientemente en el interior de la nevera la decisión de la reina. Lady Di congelada habla a la pescadilla agarrotada.
- ¿Me harán uno público o privado?
La pescadilla asustada se confiesa maravillada.
- Me da igual, lo que quiero es que de aquí te saquen ya.
Lady Di confusa y apretada miró a su alrededor. Encontró dos kilos de merluza, cuarenta croquetas y cuatro kilos de arroz tres delicias observándola con mucha sorpresa. Un palito de pescado habló a Lady Di cabreado.
- ¡Cacho perra, en las fotos parecías más delgada y fina! ¡Qué te entierren de una vez, qué no te queremos como vecina!
Lady Di se entristeció y apretó sus manos para pedir la salvación.
- ¡Oh, my God! ¡Please, oh please, dadme ya la definitiva extremaunción!
Un guisante aplastado consiguió abrir la puerta pero en el exterior sólo había una sala oscura iluminada por un televisor. En el mismo aparecía la plebe llevando flores, escribiendo notas entre multitud de colores. Contaban desde Buckingham que la reina fría y distante no quería ningún funeral con honores. La reina madre no quería que a su monarquía le tocasen los "dolores".
Lady Di se derrumbó y se tambaleó. Un calamar mientras gritaba se espachurró.
- A esta gorda nos la dejan aquí hasta Diciembre -dijo un trocito de arroz mientras cambiaba el calendario a Septiembre.
- ¡Sal ya, qué el calamar parece un palito! - le dijo un guisante a la princesa echo caldito.
Lady Di con una lagrima recorriendo su rostro se negó gimiendo.
- Soy la reina de corazones, la princesa del pueblo y la madre de dos futuros “señores”.

Y el tiempo siguió pasando y el cadáver de la princesa continuó esperando. La pescadilla observó a los supervivientes: dos croquetas y una merluza sin dientes.
- Aquí ya huele demasiado a formol, si esperamos a que entierren a ésta gana el Paris Dakar un caracol.
Una croqueta se ofreció voluntaria, quería salvar la vida aunque la muriese de manera lapidaria.
- Ponte una cresta a lo Sid Vicious y cuéntale a Blair la manera de convencer a la fría reina que luce Tous– dijo la pescadilla antes que le diese un “patatous”.
- ¿Y cuál es esa? – preguntó la croqueta bastante tiesa.
- Con una buena hostia o que la invite a comer ciervo en Donostia. – replicó la pescadilla mientras pensaba que todo esto lo había provocado una gran hostia.

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Recuerdo ese fatídico día, el 31 de Agosto de 1997, y sobre todo la pintada que colocaron en el centro de Getafe a la semana siguiente: “Lady Di jódete”. No fue la única ni la última. Recuerdo los numerosos chistes macabros que llegaron a mis oídos… Recuerdo que al año siguiente canal plus le rindió un digno homenaje programando “Pánico en el túnel” en el primer aniversario de su muerte. Recuerdo, recuerdo…