Qué decir de esta maravilla. Tremenda película sobre la amistad, con todas su letras. No he visto película que emocione más en mi vida. Rodada magníficamente sin prisa pero sin pausa, las cosas suceden cuándo y cómo deben suceder, con unas interpretaciones de Robbins y Freeman soberbias, con esa expresividad en algunos momentos, y esa inexpresividad en otros que cala hondo, con una narración que pone los pelos de punta y llega al fondo del alma...Cuando acaba la peli y te miras al espejo, te asustas de ver qué cara se te ha quedado. Despierta los sentimientos más profundos, aquellos que pensabas que ya habías perdido. Te abstrae totalmente de la realidad, no puedes dejar de pensar en la peli y de darle vueltas a las cosas que acabas de ver, y en verdad tienes la sensación de haber presenciado una obra maestra. Bravo.