Ni que decir tiene que en una crítica de 1902 esta película se llevaría un 10. Pero aún hoy, a pesar del tiempo pasado, se deja ver con facilidad y alguna sonrisa. Aunque ya no nos reímos de aquello que supuestamente pretendía ser gracioso, sino más bien de la ingenuidad de la época.

Me atrevo a decir, de todos modos, que si esta película no existiera y alguien la hiciera hoy, tal cual está, cosecharía moderados éxitos de crítica y público por su "originalidad" y "trasgresión".

En fin, una buena manera de invertir 14 minutos, bien para conocer y entender mejor el principio del cine (y la primera película de ciencia ficción), bien para, simplemente, entretenerse. Y para admirarse de como alguien, hace más de un siglo, interpretaba ese nuevo invento llamado cine.