No me acaba de convencer la película, y no sé dónde le ve la magia la gente, la verdad. La historia está contada desde un punto de vista un tanto fantástico, un estilo que a los fans de Amelié les gustará, pero que a mí me aburre.

Algunas escenas llegan a parecerme irritantes, por la inconsistencia de los personajes y su creencia en la suerte, el destino, y cosas por el estilo.
Se supone que son dos solitarios depresivos con tendencias suicidas, y sin embargo se ponen a jugar a las coincidencias con toda la ilusión del mundo, como niños pequeños, todo ensimismados. Me parece muy poco creíble.

Es la típica historia de dos solitarios soñadores en un mundo podrido, que, al conocerse y surgir la química, intentan mantener una especie de amistad para que todo siga puro e inocente. Todo muy ñoño.
Más típico de Meg Ryan y Tom Hanks un domingo por la tarde en antena tres.

El guión es muy original en ese sentido:
Se conocen de forma casual y muy original.Se gustan, son lo que estaban esperando. Ocurre algo y se enfadan, para después reconciliarse pastelosamente en medio del éxtasis musical.

En fin, como es francesa, tiene un halo mágico y bohemio, pero la banda sonora nos ayuda a ver lo que en realidad es esta película: un truño.

Le dejo un cuatro por Daniel Auteuil.