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España España · Oviedo
Voto de Gould:
8
Drama Sexo, frustraciones y violencia se ocultan bajo la tranquila apariencia de Peyton Place, una pequeña localidad de Nueva Inglaterra, cuya clase alta no está dispuesta a reconocer la irregular conducta de sus miembros. (FILMAFFINITY)
6 de agosto de 2015
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pese a su acartonado planteamiento moral y a que la película comienza, aparentemente, como una ñoña descripción de los usos y costumbres de los educados adolescentes norteamericanos de los años 40, en vísperas del bombardeo de Pearl Harbor, pronto nos vamos dando cuenta de que estamos ante un melodrama de tomo y lomo en el que, bajo la superficie pulida de la pequeña localidad que da nombre al film, se esconden un manjar incontrolable de celos y deseos reprimidos, alcohol, hijos extramatrimoniales e incluso incesto y violación. Rodada brillantemente por el artesano Mark Robson, con todo el lujo de las producciones de la 20th Century Fox de los años 50, con un más que correcto uso del cinemascope, la trasparente fotografía de William C. Mello y una magnífica partitura musical de Franz Waxman, el director canadiense consigue integrar inteligentemente los diferentes escenarios dentro del pueblo en una puesta en escena trasparente aunque sin estilo pero totalmente al servicio de la narración, como hacían los grandes artesanos de Hollywood y, de paso, nos ofrece el retrato de un grupo de adolescentes, de sus miedos, deseos y represiones en la aislada América de la preguerra, así como del clasismo y la hipocresía de sus habitantes –denunciada por el doctor, gran papel para Lloyd Nolan–, sentimientos y situaciones todos ellos que la realidad de la guerra barrerá por completo. No era ajeno Mark Robson a los retratos de juventudes tempestuosas -pese a que aquí muestre más una juventud poco rebelde y domesticada por no hablar del planteamiento, digamos moral, que tanto nos chirría hoy- porque ya Robson había rodado años antes en 1944 uno de los mejores relatos sobre adolescentes de los años 40 “Youth runs wild” producida por Val Lewton. En el apartado de las actuaciones destaca Lana Turner a quien tan bien le iban esos roles de mujer madura atormentada, Diane Varsi como la adolescente que relata la trama, Arthur Kennedy en un inusitado papel de alcohólico y, sobre todo, la excepcional actuación de la bellísima Hope Lang, nominada para el oscar que finalmente ganó Miyoshi Umeki en “Sayonara” (1957) de Joshua Logan. Notable.
Gould
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