Haz click aquí para copiar la URL
Taiwán Taiwán · Made in
Voto de elmer:
5
Acción. Drama Bob Hodges es un policía experimentado que trata de enseñar a su joven pupilo Danny McGavin a sobrevivir patrullando en la zona este de L.A., donde impera la ley de las bandas callejeras. (FILMAFFINITY)
17 de julio de 2010
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si no fuera por ese monstruo llamado Robert Duvall, la cosa no tendría ninguna trascendencia, él solito se merienda a ese Ramoncín norteamericano que es Sean Penn, a la entonces potente María Conchita Alonso y, de paso, a dos bandas de la ciudad de Los Ángeles compuestas por negros y chicanos que, todo hay que decirlo, la mayoría de sus integrantes están representados como si fueran los típicos traficantes de instituto. Lo malo es que aún con el trabajo del veterano actor, la cinta no sale lo suficientemente bien parada como para ser, digamos, indulgente en la valoración.

En la poco más de la primera media hora está el disfrute. Asistimos a la vigilancia del oficial Bob Hodges (Duvall) por las 'peores' barriadas de la ciudad del sol y las palmeras, a lomos de su imperioso caballo (en realidad es al volante de un Ford Crown Victoria de paisano) con una serenidad envidiable y luciendo placa; a su lado, como no podía ser de otra manera, un nuevo compañero, el inquieto e impulsivo Danny McGavin (Penn), quien en lo que a tratar bandas callejeras se refiere no sabe que viento le da. Hodges por su parte consigue con dedicación que la peña no se le desmadre sin necesidad siquiera de sacar el revolver, al tiempo que el bueno y servicial McGavin encuentra el amor a la vuelta de la esquina, la bella morena Louisa Gomez (Alonso) le espera entre tímidas sonrisas. A partir de aquí, la cinta se viene abajo, no interesa demasiado la relación de los dos policías debido a esa perseverancia en mostrar el conflicto de las dos bandas rivales, perdiendo paulatinamente esa fuerza con la que daba comienzo y echando por tierra las posibilidades de mostrar el día a día de una pareja de policías con métodos opuestos a la hora de lidiar con según que ciudadanos angelinos. Uno siente que Dennis Hopper (En paz descanse) le va distanciando de los protagonistas y al final no termina de conocerlos como, por ejemplo, el personaje de la actriz y cantante mexicana que es borrado casi de un plumazo y en el último momento en que aparece, su actitud es prácticamente incomprensible.

La banda sonora tampoco es para lanzar cohetes, más bien todo lo contrario, ya que puede incluirse sin problemas entre lo peor que se escuchaba por aquella época; o sea, un par de canciones ochenteras a rabiar y órgano de baratillo. Afortunadamente, Hopper no será recordado por esta película, aunque la película sí será recordada gracias especialmente al espléndido trabajo efectuado por Robert Duvall al comienzo de la misma. Lo único que realmente vale la pena.
elmer
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow