Nos hallamos en Hungría a mediados de los ochenta, un país donde se respiran aires de cambio, donde afloran ansias de libertad. Geri es un joven sin interés por la política que se dispone a estudiar en la Universidad. Mientras viaja en el tren que lo llevará a su destino, un policía se le acerca y le exige su colaboración.

Lo mejor que se puede decir de "The Informant" es que no da opción de aburrirse, gracias a una trama poblada de giros. Aparte del aspecto del espionaje, que nos enseña cómo el protagonista ha de usar continuamente la astucia y emplear el engaño para salir del lío en que se encuentra, la serie exhibe todos los tópicos del drama juvenil -amores, desengaños, pasiones, traiciones, embarazos no deseados, idas y venidas-. De personajes tenemos a un líder carismático, un nuevo profeta; su inteligente novia, hija de un escritor vendido al régimen; un granujilla que hace negocio con el contrabando; un futbolista que vio truncada su carrera; un brillante matemático; un detective mediocre que lucha por un ascenso. Todos ellos se hallan atrapados dentro de un sistema opresor cuyas sucias tácticas les amargan la vida.

Interesante por el contexto histórico en el que nos introduce, por algunas reflexiones de última hora, aunque en realidad sin nada -ni en forma ni en fondo- auténticamente destacable.