Visualmente atractiva y elegante, y con una estupenda ambientación, Carros de fuego ha quedado como un clásico moderno precisamente a causa de esa forma en que está rodada y, sobre todo, a su excelente banda sonora a cargo de Vangelis y que es de esas sintonías que incluso no conociendo la película es totalmente reconocible. La épica del deporte está tratada de un modo atípico, con pensamientos y voz en off e imágenes muy pausadas y resulta una película bastante original en el modo en que trata el género deportivo, en este caso el atletismo.