Cuan anquilosada es nuestra consciencia que la ruptura superficial de los esquemas y estereotipos programados y la lucha interna de sus devastadores capitanes resulta perturbadora y a veces inquietante. No por falta de realismo se busca la crítica en estos personajes, si no por su falta de constancia en un momento dado. Los límites ponen a prueba los ideales que unos personajes retóricos, de tal forma que insimismados en la naturaleza de lo vivido y no en la profundidad de lo explicado. Un guion que a pesar de echar a volar nuestra imaginación se recrudece hasta darle verosimilitud a unas vidas artificiales, sin alardes eufemísticos ni pantallazos impactantes. Una deriva y enquistamiento deshumanizado que logra abstraernos, empáticos y sensitivos a unos diálogos frescos y austeros. Un Viggo Mortensen que con la ayuda de unos compañeros de batalla inspiradores imprime a su personaje el carácter y la fuerza en el que se basa la película.