Simpática y agradable comedia con humor en clave Pythoniana aunque evidentemente alejada de la inigualable genialidad de Gilliam, Cleese y compañía. Un tanto deslabazada, con un final quizás demasiado pobre, pero con dosis de originalidad, surrealismo y absurdo suficientes, como para justificar con creces su visionado e incluso su disfrute.

Tiene cierto grosor, pero no el habitual, no el más tópico, no el más fácil. Para comerciar con la masa hay ya sobradísimos y continuados ejemplos y para muestra un botón más, con el reciente éxito taquillero francés y su tosca e infumable "Bienvenidos al norte". La de Garth Jennings no es forraje ni pienso, como mucho conforma una gominola de sabor bastante curioso, por suerte o desgracia, no muy extendido.