No pierda el tiempo; nada que ver con el buen cine chino, japonés o coreano. Es una castaña de película, aburrida como ella sola.
El guión: vulgar y corriente. La originalidad brilla por su ausencia.
La Dirección: lenta y aburrida; en alguno casos es tan desesperante que hay que utiizar el mando de la TV para que pase más rápido. ¡Lo cual es una gran ventaja de esta Modernidad! Antes uno se iba y punto pelota ¿para que perder más el tiempo?, ahora se coge el mando y se acelera la película. ¡Y no te pierdes nada!
Los actores: peor no pueden estar, algo así como maniquies qiue se van moviendo; ni en una obra de colegio. Lo de siempre el chino cabizbajo; apaleado, herido, serio e imperturbable, que se lleva así toda la película; resignado y aplastado por su destino.
La realización: lo de siempre. El típico regodeo en la miseria china y poco más.
Uno se pregunta cómo es posible que se haga esta película y nadie le diga al Director o a la Productora que es una castaña pilonga.
¡Ah se me olvidaba! por supuesto aquí todo el mundo fuma un cigarrillo tras otro, bebe todo lo que puede, y cuando come, lo hace como un cerdo. ¡Todo muy original!.