Haz click aquí para copiar la URL
España España · Granada
Voto de Kikivall:
9
Intriga En 1945, un hombre con un solo brazo llega al desolado pueblo de Black Rock. Es John MacReedy (Spencer Tracy) y busca a Joe Komaco, un granjero japonés cuyo hijo le salvó la vida durante la guerra. El comportamiento de los vecinos es extrañamente hostil y grosero, y las preguntas de MacReedy sobre Komaco no reciben respuesta. Es evidente que ocultan algo, lo que despierta la curiosidad del forastero, que no está dispuesto a irse antes ... [+]
8 de noviembre de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Finalizada la II Guerra Mundial, en 1945, John MacReedy (Spencer Tracy), un hombre mayor con un solo brazo, llega al pueblo de Black Rock en busca Joe Komaco, un japonés granjero que en transcurso de la guerra había salvado la vida de su hijo. El pueblo es un lugar desolado y desértico con unos vecinos que manifiestan un comportamiento chocantemente sorpresivo, hostil e incívico. Cuando MacReedy se interesa por Komaco se produce un silencio en el conjunto de los parroquianos y el asunto queda sin respuesta. Se ve a todas luces que su comportamiento huraño y violento oculta alguna verdad inconfesable sobre el valeroso japonés. Este extremo despierta la curiosidad de MacReedy que a toda costa y antes de marcharse del lugar, quiere averiguar el enigma que se esconde en Black Rock.

La historia dibuja magistralmente un personaje, el del forastero, de una gran lucidez y honestidad, a la par que valiente y aguerrido que es capaz de enfrentarse a la debilidad moral del resto de personajes. Así, hay memorables escenas en las que Tracy lucha con gran fuerza venciéndolo, contra el salvaje matón Coley Trimble (Ernest Borgnine); el implacable hostigamiento del jeep que conduce MacReedy por parte de Coley; y la denuncia de la impotencia de Reno al haber confiado en cómplices en los que anida la traición. La excelente música de André Previn y la gran fotografía de William C. Mellor arropan todo el entramado dándole cuerpo y entidad.

En cuanto al reparto poco hay que decir con un elenco tan selecto donde destaca por encima de todos la maestría de Spencer Tracy que borda el papel de hombre maduro, valiente y honesto, contra los malvados llevados a la pantalla con excelencia; así, Robert Ryan, Lee Marvin, Ernest Boorgnine, Dean Jagger, o John Ericson, así como la pizpireta Anne Francis o el meritorio Walter Brennan. Sturges sigue paso a paso el tremendo descubrimiento de MacReedy y el acoso a que se ve sometido, y lo hace con un ritmo pausado y poco a poco, lo que mantiene la atención del espectador hasta el final y lo absorbe en la trama, un clima opresivo que va in crescendo en un ascenso que no cesa hasta el clímax final.

En resolución, es una película cuyo visionado se agradece por su calidad, por su carga emocional de profundidad, por su sentido trágico y sus notables aspectos técnicos, y por ser una gran obra negra con tintes de Western, de lo que resulta una sustanciosa obra llena de suspense, odio y violencia.
Kikivall
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow